Andrea Fabra se queda sin sanción porque el presidente del Congreso no oyó el "¡Que se jodan!" (VÍDEO)

Andrea Fabra se queda sin sanción porque el presidente del Congreso no oyó el "¡Que se jodan!" (VÍDEO)

Una "conducta totalmente inadecuada" que se queda sin castigo. El presidente del Congreso, Jesús Posada, censuró finalmente este martes el "¡Que se jodan!" proferido por la diputada María Fabra el miércoles pasado en el momento en el que Mariano Rajoy anunciaba el recorte de la prestación de los parados. Pero no habrá sanción alguna por parte de la cámara.

Este martes, al inicio de un pleno, Posada reveló que había llamado a capítulo a la diputada, que además es la hija del polémico ex presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra. En el despacho del presidente de la cámara fue "amonestada verbalmente", según explicó Posada. Pero el reglamento del Congreso no contempla la amonestación verbal, ni por escrito ni ninguna otra. Tampoco prevé sanción alguna contra diputados que se comporten como ella si no son sorprendidos en el momento por el presidente de la cámara.

El reglamento del Congreso sólo contempla las conocidas como "llamadas a cuestión" o "al orden". Es decir, la posibilidad de que el presidente de la cámara le pida al diputado que se centre en el tema que se debate (la cuestión) o reprenderlo por su mala conducta. Según los artículos 102 y 103 del Reglamento del Congreso (pdf):

Los Diputados y los oradores serán llamados al orden:

  1. Cuando profirieren palabras o vertieren conceptos ofensivos al decoro de la Cámara o de sus miembros, de las Instituciones del Estado o de cualquiera otra persona o entidad.
  2. Cuando en sus discursos faltaren a lo establecido para la buena marcha de las deliberaciones.
  3. Cuando con interrupciones o de cualquier otra forma alteren el orden de las sesiones.
  4. Cuando, retirada la palabra a un orador, pretendiere continuar haciendo uso de ella.

En caso de que el diputado no atienda a dos llamadas al orden, el presidente podría expulsarlo del pleno en curso y como mucho del siguiente. Siempre si es sorprendido, el diputado podría enfrentarse a una suspensión, según otro artículo:

"Cualquier persona que en el recinto parlamentario, en sesión o fuera de ella y fuese o no Diputado, promoviere desorden grave con su conducta de obra o de palabra, será inmediatamente expulsado. Si se tratare de un Diputado, el Presidente le suspenderá, además, en el acto en su condición de Diputado por plazo de hasta un mes, sin perjuicio de que la Cámara, a propuesta de la Mesa y de acuerdo con lo previsto en el artículo 101, pueda ampliar o agravar la sanción".

Sin embargo, Posada reconoció que no escuchó el "¡Que se jodan!", que sí fue captado por las cámaras de televisión. "Ocurre todo el rato", aseguran fuentes de la cámara a El HuffPost. "De hecho, a veces se escuchan cosas más fuertes y el presidente llama al orden al diputado en cuestión. Habitualmente, los insultos son retirados", razonan. En casos como este, la sanción no toca al presidente del Congreso. "Eso se deja a los grupos parlamentarios, que se autorregulan", añaden.

Otros parlamentos tienen reglas más explícitas y más duras, incluyendo las sanciones económicas. Es el caso de la Eurocámara. Incluyen la amonestación, que sí está contemplada en su reglamento, pero también "la pérdida del derecho a dietas" durante 10 días como máximo (unos 200 euros al día), la "suspensión temporal" de funciones durante otros 10 o incluso por un mandato o varios.

En Estrasburgo, las sanciones se aplican, como bien sabe Nigel Farage. El líder de los euroescépticos británicos fue castigado hace dos años con la retirada de las dietas tras decir que el Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, tiene "el carisma de un trapo".

CAMBIO DE DISCURSO EN EL PP

Desde que el miércoles Fabra gritase su "¡Que se jodan!", ella misma y su grupo político adoptaron primero una actitud de ataque al PSOE por "manipulación" que contrasta con el reconocimiento de una actitud inaceptable y la petición de disculpas.

El PP decidió cambiar de estrategia sobre el exabrupto al ver cómo crecía la polémica a lo largo del fin de semana, según fuentes populares citadas por Europa Press. Sólo en la plataforma Change.org, la petición de dimisión ha registrado ya más de 200.000 apoyos.

El viernes, tras el estallido de la gran polémica sobre su expresión, Fabra se defendió atacando:

"Me siento dolida e indignada con el PSOE por manipular y tergiversar usando un drama que afecta a más de cinco millones de personas desempleadas y hacia las que tengo el mayor respeto y solidaridad"

En un tono más conciliador, este sábado en Castellón, Fabra reconoció que su comentario había sido "poco afortunado", pero rechazó dimitir:

"Ya hice una aclaración rotunda de lo que había pasado. Mi reproche, que fue poco afortunado e impropio de mí, iba dirigido a la bancada socialista y, en concreto, a un diputado y a los constantes insultos que estaba profiriendo"

Finalmente, así pidió disculpas por medio de una carta enviada a Posada y hecha pública:

"Reconozco que en dicha sesión (...) cometí un error del que no me siento honrada y por el que recurro a la benevolencia de la Cámara rogándole que estime mis disculpas"

El mismo viaje se puede leer en la correspondencia que el portavoz de su grupo, Alfonso Alonso, mantuvo con Soraya Rodríguez, su homóloga en el PSOE. Este martes, el tono era otro y radicalmente distinto. "Le hemos amonestado por escrito", señaló. "No vamos a permitir que haya conductas de esa naturaleza", añadió Alonso.

Pese a todo, la nueva estrategia del PP no irá acompañada de ninguna sanción y tanto Alonso como otros cargos populares se dejaron fotografiar expresamente con una sonriente diputada por Castellón.