Crimea siempre será ucraniana
¡Es nuestra tierra y no se la vamos a ceder a nadie! Somos un pueblo pacífico, nuestro objetivo no es la guerra. Pero, en caso de necesidad, somos capaces de defendernos y de mucho más. Aunque vaya en contra de nuestra voluntad, Ucrania tiene hoy una gran misión: ayudar a acabar con la tiranía de nuestro estado vecino mediante la fuerza espiritual y moral.
Lo primero y más importante. El 16 de marzo no hubo ningún "referéndum" en Crimea. Este "referéndum" fue una tapadera de la agresión militar contra Ucrania, y un intento para anexionarse parte del territorio ucraniano.
Ningún estado civilizado ha reconocido los resultados de este supuesto "referéndum". Era totalmente ilegal, por lo que sus consecuencias legales son inexistentes. Esta gran mentira no durará.
Segundo. Crimea siempre será ucraniana, a pesar de las intenciones de los ocupantes rusos. ¡Es nuestra tierra y no se la vamos a ceder a nadie!
Tercero. Desde lo más profundo de mi corazón, quiero agradecer a todo el mundo que está defendiendo los intereses nacionales de Ucrania en estos días tan dramáticos. Estoy agradecida a los militares ucranianos por su espíritu inquebrantable, por su paciencia y su increíble patriotismo y heroísmo. Estoy agradecida a los crimeos que no apoyaron a los separatistas. Estoy agradecida a los tártaros de Crimea, a los voluntarios y a los periodistas.
Gracias a vosotros ha nacido una nueva Ucrania orgullosa y bella, un país de héroes. No hay nada que los agresores rusos puedan hacer. Pronto se restaurará la justicia.
Imploro al Parlamento ucraniano que ratifique urgentemente el Estatuto de Roma para que Ucrania pueda apelar al Tribunal Internacional Penal de La Haya y que pida al Tribunal Constitucional de Ucrania que regule la compatibilidad del Estatuto de Roma con la Constitución de Ucrania. Ucrania tiene que solicitar urgentemente al Tribunal Internacional el cese de la invasión militar en Ucrania. Todas las personas implicadas en la agresión militar contra nuestro Estado tendrán que hacer frente a la responsabilidad internacional.
Lo siento mucho por la gente de Crimea que se ha creído esta gran mentira y que es víctima de su propia despreocupación e ingenuidad, pues su actitud puede convertir su soleada isla en una masa de oscuridad. El régimen ruso pronto les enseñará que el frío polar de la noche también puede llegar hasta la región subtropical. Esto podría provocar un desastre humanitario y unas consecuencias imprevisibles para los crimeos. No habrá paraíso económico. Rusia no tiene recursos suficientes; su economía se encuentra al borde del precipicio. Ahora mismo, los países más poderosos del mundo están imponiendo sanciones muy estrictas contra Rusia. Esto quiere decir que todos perderán su interés por Crimea y por su gente.
Cuarto. También lo siento por el pueblo de Rusia. Les han conducido hacia un abismo totalitario de hundimiento económico y espiritual que va de la mano de la pobreza y la devastación.
Haciendo uso de medios degradantes e inmorales, el Gobierno ruso ha destruido la noción de la verdad con su propaganda desesperada en cuanto a la ocupación de Ucrania. Han matado el mito de la ortodoxia, la espiritualidad y la santidad rusa, y en lo único que creen es en la importancia de su papel individual en la historia de la humanidad.
El régimen ruso incluso ha derribado la figura histórica que tuvo Rusia en la Segunda Guerra Mundial, pasando de ser la liberadora a la invasora. Esta pérdida moral es mucho más trágica que cualquier pérdida material resultante de las sanciones internacionales.
Lo único que podemos esperar es que Rusia renazca. No la Rusia de Putin, sino el país que el pasado fin de semana salió a las calles para la marcha por la libertad. La Rusia del músico Andrei Makarevich. La Rusia de la actriz Liya Akhedzhakova, del director de cine Eldar Ryazanov y del músico Boris Grebenshchikov. Ucrania sí tiene futuro con una Rusia así.
Quinto. En Maidán, Ucrania proclamó su decisión pro-Europa y ganó su primera victoria en la batalla por los valores europeos con la supresión de la dictadura. A día de hoy, a pesar de todas las dificultades, nuestra unidad es más fuerte que nunca. El 21 de marzo asistiremos a la firma del acuerdo de asociación con la UE. Es un gran logro para Ucrania; no podemos obviarlo. Que nadie dude de nuestra resiliencia ni de la seguridad que tenemos en nosotros mismos.
Hemos tomado una decisión, y nuestra elección es la libertad.
Una cosa más...
Maidán puso fin a los delitos de despotismo. El pueblo triunfó. Hasta aquí todo bien, pero no podemos parar, porque nuestros vecinos tiránicos quieren conquistar Ucrania.
Somos un pueblo pacífico, nuestro objetivo no es la guerra. Pero, en caso de necesidad, somos capaces de defendernos y de mucho más. Aunque vaya en contra de nuestra voluntad, Ucrania tiene hoy una gran misión: ayudar a acabar con la tiranía de nuestro estado vecino mediante la fuerza espiritual y moral.
Ucrania ha aprendido a ganar, y actualmente tiene el arma más fuerte del mundo; el poder de la voluntad, del honor, de la verdad y el espíritu.
La Ucrania de hoy en día no solo es el centro geográfico de Europa, también es el centro espiritual de la victoria de la democracia. El mundo entero lo ha reconocido y apoya a Ucrania.
El pasado sábado, Valeriya Novodvorskaya afirmó que la Rusia democrática está esperando que el Ejército ucraniano la libere. Obviamente, se trata de una metáfora, pero contiene una buena dosis de realidad.
No visitaremos a nadie con tanques y armas, pues nuestro Ejército es diferente. Es un Ejército al que no pueden detener las fronteras, las trincheras, las fortificaciones ni los campos de minas. Es nuestro ejército ucraniano de la libertad, de la democracia, de la dignidad humana y el espíritu. Y ya se ha puesto en marcha. Ucrania está cumpliendo su misión, y en ella se incluye la liberación de Rusia.
Creo que todo irá bien.
Yulia Tymoshenko
P.S. Según cuenta la leyenda, el maestro japonés Jigoro Kano iba paseándose por un bosque en invierno y vio dos ramas de un árbol cubiertas de nieve. El peso de la nieve hizo que la rama más ancha se rompiera, mientras que la otra, más joven, se dobló por el peso, pero volvió a su posición natural una vez que la nieve se cayó. Lo mismo puede aplicarse al yudo, un arte marcial que se basa en aparentar sumisión con el fin de ganar. En realidad, el sometimiento es fingido. Asimismo, Ucrania es la segunda rama, la que es más joven y flexible. Seguro que al menos un famoso yudoca ruso conoce esta parábola.
Traducción de Marina Velasco Serrano