Muñecas sufrientes
Marina Bychkova se ha hecho famosa por crear una serie de muñecas de porcelana en las que "confronta la inocencia con temas como el dolor, el abuso y la sexualidad". Aunque las figurillas cuentan con una legión de fans, su mensaje genera también muchas dudas.
En estos días se ha hecho viral el vídeo de la CBC que muestra el trabajo de Marina Bychkova, unas muñecas de porcelana que requieren entre 500 horas y dos años de trabajo y cuestan entre 6.000 y 33.000 dólares cada una (5.300 y 29.000 euros). En el vídeo, la artista explica que sus creaciones "confrontan la inocencia normalmente asociada a las muñecas visibilizando temas como el dolor, el abuso, la sexualidad". Por lo visto estas figurillas tienen millones de fans y generan cientos de comentarios de admiración: "¡Me encantan!". "¡Son preciosas". "Necesito una". "¿Dónde puedo conseguirlas?".
Sin querer restar ningún mérito a la creadora de estas piezas por su gran labor artesanal (hay que reconocer que técnicamente son increíbles) me surgen serias dudas con respecto a su declaración de intenciones, es decir, el mensaje:
1. Si la reacción de las personas al verlas es decir "¡Qué bonita!" ¿Consiguen realmente denunciar situaciones de conflicto, abuso y violencia o las normaliza convirtiéndolas en algo visualmente atractivo? Cuando denuncias algo lo que buscas es que la gente reaccione en contra no embelesarla ni deleitarla. No sé qué opinan las mujeres que han sufrido violencia física sobre la existencia de una muñequita adorable y sumisa con moratones que se engalana con una mantilla.
2. Si el objetivo es normalizar las cicatrices del cuerpo ¿por qué no sonríen y están felices con sus marcas en lugar de llorando y tristes? Es muy loable la iniciativa de visibilizar todos los tipos de cuerpos, pero que la actitud de las protagonistas sea de dolor y pena ante su propia imagen puede resultar contraproducente.
3. La autora declara que ayudan a superar el tabú de la sexualidad al exhibir el cuerpo de una mujer con "detalles sexuales maduros" cuando la mayoría de sus muñecas representa a niñas de unos 10 años de edad, sin pelos en el pubis, hipermaquilladas y alarmantemente delgadas. ¿Qué tipo de sexualidad reclaman estas modelos? y ¿para quién la reclaman, para ellas o para el que mira? Porque no queda muy claro que este tipo de cuerpos ayude a superar los traumas causados por el estereotipo que ya pesa sobre el cuerpo femenino.
4. ¿Realmente necesitamos más imágenes de mujeres sufrientes, llorando, débiles, encogidas y tiradas? ¿Aportan algo nuevo o refuerzan el imaginario que ya existe y que normaliza constantemente la violencia hacia las mujeres haciéndolo algo bello y atractivo?
Quizás sea la mezcla de tantos conceptos lo que hace que no resulte creíble su posicionamiento. Por un lado son inocentes, por otro sexuales. Por un lado fuertes, por otro vulnerables. Por un lado muestran el horror de la vida y por otro la belleza... Como habilidad técnica me quito el sombrero pero como estrategia de comunicación resulta un producto fallido.
Siempre he defendido que cuando las mujeres tomemos la riendas de nuestra representación lo haríamos de manera diferente, mostrando lo que de verdad es una mujer. Yo me quedo con la escena final de este video donde la autora ríe, baila, canta y da saltos con su perro. Necesitamos más escenas de mujeres como esa, ya tenemos superávit de las que sufren tiradas por el suelo.
