Juan Eduardo Zúñiga gana el Nacional de las Letras Españolas, estas son las claves de su obra
Zúñiga es un gran escritor que escribe a mano. Su estilo diáfano y despojado de rebuscamientos expresan la belleza de los sentimientos en toda su gama de un ser humano modelado por el entorno. Es un hombre tímido, discreto y que parece un sabio fraile en un aura de silencio. Y desde ese centro sin ruido contruyó durante 23 años uno de los proyectos más comprometidos con la Historia de España y con la literatura a través del relato, del cuento, recogidos en La Trilogía de la guerra civil.
Foto: EFE
Zúñiga es un gran escritor que escribe a mano. Su estilo diáfano y despojado de rebuscamientos expresan la belleza de los sentimientos en toda su gama de un ser humano modelado por el entorno. Es un hombre tímido, discreto y que parece un sabio fraile en un aura de silencio. Y desde ese centro sin ruido contruyó durante 23 años uno de los proyectos más comprometidos con la Historia de España y con la literatura a través del relato, del cuento, recogidos en La Trilogía de la guerra civil. En ellos saca de las sombras del dolor y la incertidumbre a las personas y familias anónimas en la cotidianidad cercada por el conflicto.
Ese es el escritor que ha ganado el Premio Nacional de las Letras Españolas 2016, según el jurado por "una vida dedicada a las letras, en las que ha sido un maestro tanto en el género del cuento, realista y fantástico, como en el ensayo literario y la traducción". El galardón concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, dotado con 40.000 euros, distingue el conjunto de una obra literaria, en cualquiera de las lenguas españolas, de un autor español.
La obra de Zúñiga y él son como el tictac del silencio.
Nacido en Madrid en 1929, Zúñiga fue un niño de la Guerra Civil, entre 1936 y 1939. A partir de esas vivencias y desde las sombras de aquel dolor, el autor escribió en 1980 un volumen de cuentos titulado Largo noviembre de Madrid, que habría de convertirse en el primero de la trilogía. En 1986 lo continuó con La tierra será un paraíso y lo culminó en 2003 con Capital de la gloria. Una serie recogida en un solo volumen por la editorial Galaxia Gutenberg.
Son cuentos, historias donde resuenan los miedos desatados por las armas y las voces, y de los corazones aturdidos e invadidos de dilemas éticos, desconfiados o traicioneros de aquella Madrid de su infancia resquebrajada de incomprensiones. Pura Historia.
Las historias de Zúñiga relatan la vida de una serie de personas anónimas asediados por el miedo y cercados por el dolor frente a un Madrid amenazado por la Guerra Civil. Sus libros reflejan el social-realismo que no se limita a la descripción de los hechos, a la narración de lo vivido por la gente, sino que se adentra en sus sentimientos, en sus deseos, en sus ideas e incertidumbres. Es más que la recuperación de los propios recuerdos del escritor durante y después de una guerra que convirtió a unos y a otros en sus propios enemigos.
En esa trilogía, Zúñiga brinda un fresco de cómo la lealtad, la amistad o la ilusión se erosionan poco a poco. Sus cuentos pasan del drama colectivo de un Madrid sitiado a las historias personales, a la quiebra ética y moral de los ciudadanos y de la sociedad por el envenenamiento de algunos líderes políticos y militares. De esta forma, la realidad de Madrid se fragmenta como en un prisma y el lector recibe múltiples y diversas versiones de un mismo episodio. Historias que son autónomas pero que van formando un rompecabezas de la Historia. De la memoria.
"Los recuerdos crean un puente sobre el vacío del futuro", explicó en una entrevista Zúñiga. Y en estos relatos son sus recuerdos. Es su pasado y su historia, como la de miles de madrileños y españoles que entre 1936 y 1939 fueron empujados a enfrentarse a una de las guerras más dolorosas, como lo es una guerra civil, por lo que tiene de odio cainita. Del descubrimiento de los diversos y diferentes yoes que puede anidar en cada individuo.
Juan Eduardo Zúñiga también es autor de títulos como El anillo de Puskin (1983) Sofía (1986), Misterios de las noches y los días (1992), Las inciertas pasiones de Iván Turgueniev (1996), Flores de plomo (1999) y Brillan monedas oxidadas (2010, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores). Este último volumen son 15 cuentos, agrupados en tres apartados, que invitan a ser leídos en voz alta y que muestran una escritura diáfana y despojada de rebuscamientos.
El compromiso de Zúñiga con la realidd y la estética, es decir con el fondo y la forma, se resumen en las siguientes palabras de aquella entrevista de 2010: "Nuestra época es imperiosa, nos obliga a utilizar los términos habituales, pero que a la vez sean muy expresivos y bellos. Lo importante, también, es que un texto tenga belleza y claridad. La belleza, incluso, a veces, se consigue con un cierto ritmo interior de la frase; esto ayuda a que el lector lo viva como un recitado poético si cada frase está cuidada en ese sentido del ritmo, de la cadencia de las palabras".
Juan Eduardo Zúñiga se une a la siguiente lista de premiados con el Nacional de las Letras:
2015 -- Carme Riera
2014 -- Emilio Lledó
2013 -- Luis Goytisolo
2012 -- Francisco Rodríguez Adrados
2011 -- José Luis Sampedro
2010 -- Josep María Castellet
2009 -- Rafael Sánchez Ferlosio
2008 -- Juan Goytisolo
2007 -- Ana María Matute
2006 -- Raúl Guerra Garrido
2005 -- José Manuel Caballero Bonald
2004 -- Félix Grande
2003 -- Leopoldo de Luis
2002 -- Joan Perucho
2001 -- Miquel Batllori
2000 -- Martín de Riquer
1999 -- Francisco Brines
1998 -- Pere Gimferrer
1997 -- Francisco Umbral
1996 -- Antonio Buero Vallejo
1995 -- Manuel Vázquez Montalbán
1994 -- Carmen Martín Gaite
1993 -- Carlos Bousoño
1992 -- José Jiménez Lozano
1991 -- Miguel Delibes
1990 -- José Hierro
1989 -- Joan Coromines
1988 -- Francisco Ayala
1987 -- Rosa Chacel
1986 -- Gabriel Celaya
1985 -- Julio Caro Baroja
1984 -- J.V. Foix