Cristina Fernández Cubas gana el Premio Nacional de Narrativa por 'La habitación de Nona'

Cristina Fernández Cubas gana el Premio Nacional de Narrativa por 'La habitación de Nona'

La habitación de Nona es un viaje casi privado que hace Fernández Cubas por los sentimientos oscilantes vividos en la familia. Seis historias que entran en la cotidianidad y los secretos de la infancia y la edad adulta. Es la hora de joyas literarias como esta, que en pocas líneas o páginas contienen la vida entera y que pocos escritores se atreven de verdad a escribir por el desafío que representan.

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Foto: EFE

Cuando el misterio y el enigma están más dentro de cada uno de nosotros que fuera...

Cuando los sentimientos oscilantes vividos dentro de la familia pueden ser una carga...

Cuando la soledad y los solitarios se pierden sin querer en los laberintos de sus deseos...

Esos son asomos al mundo creado por Cristina Fernández Cubas en La habitación de Nona (Tusquets). Por ese libro los cuentos y sus lectores estamos de fiesta. Es la hora de esas joyas literarias que en pocas líneas o páginas contienen la vida entera y que pocos escritores se atreven de verdad a escribir por el desafío que representan.

Si en 2013 el Nobel de Literatura fue para la cuentista canadiense Alice Munro, este año el Premio Nacional de Narrativa de España es para Fernández Cubas por sus relatos de La habitación de Nona (Tusquets). Según el jurado, el galardón lo recibe por "reflejar la madurez de una obra que representa la excelencia del relato breve. La autora mezcla con maestría lo cotidiano y lo fantástico, alcanzando la esencia y la vitalidad propias de lo mejor de este género literario". Es el segundo gran premio que recibe este libro en 2016: en primavera obtuvo el de la Crítica.

La habitación de Nona es un viaje casi privado que hace Fernández Cubas (Barcelona, 1945) por los sentimientos oscilantes vividos en la familia. Seis historias que entran en la cotidianidad y los secretos de la infancia y la edad adulta. La autora abre la puerta del hogar para airear las emociones allí vividas, guardadas o públicas, a través de episodios impregnados del halo de misterio que caracterizan su narrativa.

Sus historias suelen demostrar que el misterio y el enigma están más dentro del individuo que fuera de él.

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La habitación de Nona significa mucho en la trayectoria personal y creativa de esta narradora barcelonesa que, tras escribirlo, ha reconocido que se sintió "renacida". Con este volumen, Fernández Cubas volvió, en 2015, a la ficción, después de ocho años de silencio tras la muerte de su marido.

La obra ganadora traza una cartografía de las emociones laberínticas que surgen en la familia. El lugar donde reina el famoso dicho de "ni contigo ni sin ti". "Creo que las relaciones interpersonales se dan primero allí. Es un microcosmos que tenemos a mano los escritores. No hay nada más intenso que una familia donde se dan relaciones sadomaso", dijo la autora en primavera cuando le hice unas preguntas para el diario EL PAÍS (España), tras la concesión del Premio de la Crítica 2015.

Por las páginas de La habitación de Nona deambulan las sensaciones de la soledad y los sentires de los solitarios. Como amigos y enemigos. Porque es en la infancia cuando esas sencaciones se descubren y aparecen sin tocar la puerta. Llegan. Sin más. Aunque luego, en la adolescencia, se les invoca. Se anhela el estar solos, sobre todo cuando se está en el torbellino familiar.

"Si recordamos nuestra adolescencia, es cuando realmente la soledad se enseñorea de nuestros actos. Esta soledad me parece muy intensa. Y esas intensidades me parecen muy apropiadas para el género del cuento, donde se da la intensidad contra la extensión", explicó Fernández Cubas en primavera.

Los seis relatos premiados se adentran de manera inquietante en ese ecosistema, que todos hemos vivido, donde lo cotidiano está poblado de lo fantástico, de lo extraño. Aquí, en la vida de una niña que experimenta la manera en que en su corazón empieza a anidar un sentimiento empeluzado al ver que a su hermana Nona le ocurren cosas especiales. También hay una mujer que se encomienda a la bondad de una anciana. Hay un cuadro, un cuadro que es observado por unos muchachos hasta que.... Una narradora que, cuando se da cuenta, está en el juego del tiempo. Y hay dos hermanos que, de la misma manera que se asombran cuando conocen una tribu amazónica, ven cómo su vida no volverá a ser la misma.

Esos son los huéspedes de La habitación de Nona. Pero detrás del libro, o dentro de él, laten algunos de los autores más admirados por Cristina Fernández Cubas: Edgar Allan Poe, Juan Rulfo, con su Pedro Páramo, y Emilia Pardo Bazán, con relatos como La resucitada. Entre los más recientes, la alemana Marie Luise Kaschnitz, con su libro La niña gorda y otros relatos inquietantes.

El universo Fernández Cubas empezó en 1980 con Mi hermana Elba. En 2008, la autora recopiló sus relatos en el volumen Todos los cuentos (Tusquets). En él están las historias escritas en obras como Parientes pobres del diablo (2006), Con Agatha en Estambul (1994), El ángulo del horror (1990), Los altillos de Brumal (1983). Pero hoy es el día de La habitación de Nona, en uno de cuyos pasajes se lee:

"Aquella mañana era domingo y, como muchos domingos, fuimos a visitar a unos tíos que viven en el campo. Tomamos el sol y nos bañamos en la piscina. Pero fue precisamente allí, en la piscina, cuando empecé a asustarme. Porque ya todos estábamos secándonos con las toallas y en el agua sólo quedaba Nona. Y Nona reía. Salpicaba a sus amigos imaginarios, se sumergía, gritaba que la dejaran en paz, y reía, reía y reía. Sin embargo, aquel domingo, reparé en algo extraño. O más que extraño, imposible. El agua se agitaba por igual a lo largo y ancho de la piscina, como si de verdad estuviera llena de gente. Y por si fuera poco -- y ahí sí me asusté del todo -- Nona, que no dejaba de gritar y reír, emergió de pronto de la superficie cuan larga era...".

El jurado

Entre los miembros del jurado del Premio Nacional de Narrativa, concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (dotado con 20.000 euros) estaba Manuel Gutiérrez Aragón, escritor y cineasta, a propuesta de la Real Academia Española; Paula Izquierdo González de Mendoza, de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE); Irene Andrés Suárez, de la Asociación Española de Críticos Literarios; Luis Landero, a propuesta del Ministro de Educación, Cultura y Deporte; Ignacio Martínez de Pisón, último ganador del premio; y Miren Lorea Elduayen Pereda, jefa del Servicio de Promoción de las Letras de la Subdirección General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, que actuó con voz pero sin voto.

La siguiente es la lista de los ganadores de este premio:

2015- Ignacio Martínez de Pisón, por La buena reputación.

2014- Rafael Chirbes, por En la orilla.

2013- José María Merino, por El río del Edén.

2012- Javier Marías, por Los enamoramientos (lo rechazó).

2011- Marcos Giralt Torrente, por Tiempo de vida.

2010- Javier Cercas, por Anatomía de un instante.

2009- Kirmen Uribe, por Bilbao-New York-Bilbao.

2008- Juan José Millás, por El mundo.

2007- Vicente Molina Foix, por El abrecartas.

2006- Ramiro Pinilla, por Verdes valles, colinas rojas III. Las cenizas del hierro.

2005- Alberto Méndez, por Los girasoles ciegos.

2004- Juan Manuel de Prada, por La vida invisible.

2003- Suso de Toro, por Trece baladas (Trece campanadas).

2002- Unai Elorriaga, por Sprako Tranvia.

2001- Juan Marsé, por Rabos de lagartija.

2000- Luis Mateo Díez, por La ruina del cielo.

1999- Miguel Delibes, por El hereje.

1998- Alfredo Bryce Echenique, por Reo de nocturnidad.

1997- Álvaro Pombo, por Donde las mujeres.

1996- Manuel Rivas, por ¿Qué me quieres amor?

1995- Carme Riera, por Dins el darrer blau.

1994- Gustavo Martín Garzo, por El lenguaje de las fuentes.

1993- Luis Goytisolo, por Estatua con palomas.

1992- Antonio Muñoz Molina, por El jinete polaco.

1991- Manuel Vázquez Montalbán, por Galíndez.

1990- Luis Landero, por Juegos de la edad tardía.

1989- Bernardo Atxaga, por Obabakoak.

1988- Antonio Muñoz Molina, por El invienro en Lisboa.

1987- Luis Mateo Díez, por La fuente de la edad.

1986- Alfredo Conde, por Xa vai o Grifón no vento.

1985- No se otorgó.

1984- Camilo José Cela, por Mazurca para dos muertos.

1983- Francisco Ayala, por Recuerdos y olvidos.

1982- José Luis Castillo-Puche, por Conocerás el poso de la nada.

1981- Gonzalo Torrente Ballester, por La isla de los jacintos cortados: carta de amor con interpolaciones mágicas.

1980- Alonso Zamora Vicente, por Mesa, sobremesa.

1979- Jesús Fernández Santos, por Extramuros.

1978- Carmen Martín Gaite, por El cuarto de atrás.

1977- José Luis Acquaroni, por Copa de sombras.

Este artículo fue publicado originalmente en el blog del autor, el periodista Winston Manrique Sabogal, un espacio para conversar con sosiego sobre literatura, donde él es cronista de encuentros, reportajes y entrevistas a ambos lados del Atlántico, y los lectores son los coautores, con sus lecturas y comentarios.

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Periodista literario y cultural itinerante entre Europa y América Latina que comparto experiencias lectoras y del mundo del libro en el blog winstonmanriquesabogal.com. Escribo en el diario EL PAÍS (España) y revistas latinoamericanas. Coordiné la sección de libros en Babelia y en la sección de Cultura de EL PAÍS, además de llevar su edición digital, y el blog Papeles perdidos, del mismo diario. En Colombia trabajé en los periódicos El Espectador, El Tiempo y Agrohuila, y en la Agencia Colombiana de Noticias Colprensa.

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