El hombre, de 28 años, intentaba sacar los animales del país y llevarlos de vuelta a Corea del Sur. Además de tarántulas, tenía en su poder 110 milpiés y nueve hormigas bala. Le delató su vientre, demasiado hinchado para ser honesto a los ojos de los agentes de seguridad del aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima (Perú).