Y Carles Tamayo cazó al monstruo: "Era importante que él apareciera en cámara como culpable"
Entrevista al 'youtuber' Carles Tamayo, creador del exitoso documental 'Cómo cazar a un monstruo'.
Lluís Gros está sentado en el asiento del conductor de su Volvo azul, del que todavía le quedan plazos por pagar. Conduce mirando al frente pero en un momento gira la mirada a cámara y dice entre estridentes risotadas: "Como lo hizo Santiago Segura. La hija toca el violín, la madre el violón y su padre la viola".
Este es uno de los fragmentos más representativos y espeluznantes de Cómo cazar a un monstruo, el exitoso documental de Prime Video dirigido por Carles Tamayo donde cuenta la historia del pederasta de su pueblo, al que conoce desde que era un crío porque era el hombre que regentaba el cine Calandria.
Cómo cazar a un monstruo, donde también ha participado Ramón Campos, el mandamás de Bambú, no es un true crime al uso. El estilo, la forma y la ejecución nada tiene que ver con lo que se ha hecho antes: aquí el monstruo es Lluís Gros y las víctimas son los menores abusados. No hay dobleces, no hay giros estrambóticos, no hay dudas: él es culpable, ellos son víctimas.
Con su uniforme habitual de youtuber de éxito, Carles Tamayo atiende a El HuffPost desde su estudio para charlar durante unos minutos sobre el documental, que se ha colado en lo más visto de Prime Video en España, sólo por detrás de Los anillos de poder.
Explica Tamayo que como lleva cinco años en internet intenta no tener expectativas y sólo piensa en estar orgulloso con el resultado: "Prime no me ha dicho nada, que lo valorarán en unos días porque tienen sus plazos. Los periodistas me estáis diciendo que es un éxito así que voy a confiar en vosotros".
El germen del documental tampoco es común. Es el propio Lluís Gros, al que conoce desde niño, el que contacta con él para que cuente su historia con el propósito, según el propio Tamayo, de blanquear lo ocurrido, algo que no pasa en ningún momento de los tres episodios de los que consta Cómo cazar a un monstruo.
"A él le importaba muchísimo lo que pensaran los demás de él. Cuando en 2019 y 2021 sale en la prensa que es un depredador sexual a él le preocupa. Creo que me contacta para blanquearse. Cuando detecto que ese es su objetivo le dejo muy claro que no voy a blanquear a alguien que ha cometido tales atrocidades", señala.
Las líneas rojas que puso encima de la mesa cuando entró, primero Bambú y luego Prime Video, eran inquebrantables: "Les dije 'yo quiero hacer el tipo de documental que yo tengo en la cabeza', que es al final lo que ha pasado. Hay unas líneas rojas que no pongo yo ni ponéis vosotros, la ponen los afectados. Ellos deciden qué puede salir y que no".
Al contrario que con otros true crime, señala Tamayo, Cómo cazar a un monstruo "no es preciosista": "No hace falta que entre un dron y una música de chunchunchun". Remarca el youtuber que ha estudiado cine y que sabe una pieza audiovisual requiere de una narrativa y de un arco dramático pero en este caso trazó otra línea roja que tanto Bambú como Prime Video apoyaron sin problema.
"Este hombre aparece en pantalla que ya es culpable, no vale jugar en pro de la narrativa con la duda de 'voy a investigar a ver si es inocente' y descubro que es culpable. Lluís no tiene arco de personaje porque la vida no lo ha dado, entonces no lo podemos inventar", afirma.
Además, apostilla que a nivel ético "era importante que él apareciera en cámara como culpable" porque así lo dicta una sentencia judicial que surgió tras una investigación de más de 12 años que lo certifica: "Si en pro de la narrativa nos ponemos a dudar de eso dudamos también de las víctimas y las revictivizamos".
Lluís Gros ingresó en prisión el 19 de mayo de 2022 y desde entonces Tamayo no ha tenido contacto con el pederasta: "Sé en qué cárcel está pero a día de hoy no". Tampoco sabe si ha visto el documental pero imagina que en prisión alguien le habrá dicho que ya ha salido: "Igual algún funcionario de la cárcel se lo ha dicho, o igual no, no lo sé".
"Alguna vez lo he pensado. Si Lluís, por lo que sea, quisiera hablar, porque al final creo que me tiene que solicitar él, yo iría por charlar con él a ver qué le parece", comenta. Sobre si tiene miedo de que otra plataforma o cadena acceda a darle voz al monstruo al calor del éxito de su documental afirma que no se le ha pasado por la cabeza "y no creo que eso vaya pasar, sería poco ético y absurdo".
"Lluís cuenta lo mismo en bucle. No diría nada diferente del documental, que es todo mentira. Luego 'el lubricante es para las películas, la cama para descansar, las revistas porno eran del gerente anterior, el semen no sé por qué está aquí'. Hay tantísimas pruebas que demuestran que está mintiendo a cada segundo que no tenía sentido dar voz a su versión", comenta.
Grabar y convivir al lado de un depredador sexual condenado no ha sido sencillo. Hay una escena que pone los pelos de punta donde Gros habla con menores a través de una videollamada y, con total impunidad, sigue haciendo juegos de palabras repugnantes, llegando a lamentar que uno de ellos no tuviese la cámara activada.
¿Y cómo hizo para mantener la calma y no hacer algo de lo que se arrepintiese? Tamayo entiende que la mejor hostia que le pudo dar a Lluís ha sido la de publicar el documental: "Soy paciente. Igual hubiera tenido ganas durante algún momento del seguimiento. Ha llegado ahora porque a él le importa tanto la imagen externa que ahora todo el mundo sepa que es un depredador sexual y que no hay duda de que lo es viendo el documental, esa es la hostia de la que hablas".
Cómo cazar a un monstruo también va de la impunidad. Si no es por la labor de Tamayo probablemente Gros seguiría en la calle. Recalca el youtuber que aquí no hay nada de cámara oculta y que cuando habla con menores a través del teléfono lo hace a sabiendas de que está siendo grabado.
"Si quiero hacer un primer plano me tengo que acercar, si tengo que hacer un plano medio me tengo que alejar y si quiero hacer un plano detalle del móvil me tengo que ir detrás. Me hacía notar ahí. Él era plenamente consciente de que le estaba grabando", explica.
Una duda que corroe la cabeza de Tamayo tiene que ver con el verdadero comportamiento del monstruo porque si cuando tiene una cámara delante actúa así, qué no haría sin nadie mirando.
Pone Tamayo de ejemplo la canción pedófila que hace unas semanas entonó el regidor de Vita, Antonio Martín Hernández, en las fiestas del pueblo y ante un nutrido grupo de personas: "Lo veías y era repulsivo, por qué esa persona hace eso delante de una audiencia de gente, porque se piensa que esto es gracioso. Lluís se piensa que yo estoy grabando a un profesor enrollado hablando con unos chavales".
Cómo cazar a un monstruo pone los hechos encima de la mesa pero es dogmático, por eso Tamayo no ha querido mostrar su opinión y ha dejado que el espectador adulto sea quien saque sus propias conclusiones "y que cada uno piense por qué dice eso delante de cámara con total impunidad y sin filtro".