Un teniente de la UME en Valencia: "Parecía más un escenario apocalíptico que la vida real"
"No puedes estar tampoco en estado de shock porque no es lo que se espera de ti".
"Según entramos en la Comunidad Valenciana empezamos a ver los puentes destruidos, camiones a un lado y al otro de la carretera volcados, el agua inundando parcelas... y nos empezamos a dar cuenta del desastre. No dabas crédito a lo que estabas viendo, parecía más un escenario apocalíptico que la vida real", así relata el teniente de la Unidad Militar de Emergencias (UME) Álvaro Gago Inyesto su llegada a Valencia la madrugada del 30 de octubre.
Según ha contado el jefe de sección de Intervención de Emergencias Naturales en el Batallón de Intervención de Emergencias V en una entrevista para el HuffPost, él se encontraba descansando en León, donde está actuando usualmente, cuando comenzó el desastre natural provocado por la DANA en Valencia, calificada como la peor catástrofe en los últimos 100 años, que ha dejado por el momento 211 muertos y 93 desaparecidos.
"Yo estaba en casa, fue sobre las 23:15 de la noche el martes 29 cuando me avisaron. Te avisan a las 23:15 de la noche, coges la mochila, metes cuatro cosas y para la base a esperar. Y esa misma noche salimos, a las 23:15 estaba en casa y a las 02:15 estaba ya en carretera", apunta el militar.
"Y la verdad es que cuando llegamos no nos esperábamos para nada lo que hemos visto. Ten en cuenta que veníamos de noche, no se sabía nada. Íbamos mirando el canal 24 horas, los periódicos, las noticias... pero se iban diciendo todavía 10/15 muertos. Y hasta que no ves esto con tus propios ojos, no te lo imaginas", narra el teniente.
"Es la catástrofe que más me ha impactado, yo creo que a mí y a todo el mundo. Yo llevo dos años y medio destinado en la unidad, pero es que aquí hay gente que lleva hasta 16 años y todos coinciden en que es la mayor catástrofe que han vivido en España", confiesa Gago.
Ante esta situación, ha admitido que la llegada a Valencia fue impactante también para ellos, aunque esto no les frenó: "No puedes estar tampoco en estado de shock porque no es lo que se espera de ti. Somos profesionales y desde el primer momento cambiamos el chip y nos pusimos a trabajar. La gente lo que espera de nosotros es que actuemos rápido y con determinación".
Una vez en Valencia, las tareas son múltiples. En su caso, su batallón está destinado en el pueblo de Algemesí y, en turnos de 12 horas que "se pasan demasiado rápido", los 38 militares liderados por Gago se encargan de llevar a cabo principalmente la búsqueda de desaparecidos, la limpieza de viales y el achique de garajes, sótanos e instalaciones, especialmente de colegios, de centros de salud y de farmacias.
"Ahora mismo, en el caso de mi sección, que esta dividida en dos pelotones, un pelotón está en el barranco de Monroy, haciendo una búsqueda de desaparecidos allí; y el otro pelotón, donde me encuentro yo ahora mismo, estamos haciendo una búsqueda en la zona de la albufera, al sur de Valencia. Aquí es donde ha desembocado el torrente al que se le llama el barranco de Poyo, y se supone que es uno de los puntos donde más ha impactado la riada y donde más desaparecidos puede haber", concreta el militar.
En total, son más de 2.000 los efectivos de la UME desplegados en diversos municipios de la comunidad, distribuidos en la práctica totalidad del sur y oeste de la provincia de Valencia, que es la zona más afectada por las inundaciones.
Además, a su incesante trabajo se suma también el de los más de 100.000 voluntarios y el de los demás cuerpos de seguridad y emergencia, como bomberos, Guardia Civil o Ejército, con los que Gago asegura que "la colaboración es total desde el primer momento".
En este punto, el militar ha señalado que esto es lo mejor que se lleva de vivir esta catastrófica situación: la solidaridad y la cooperación. "Me llevo la satisfacción del trabajo con personas de todo tipo de procedencia, de voluntarios, de bomberos... el trabajar con la gente y el ver la respuesta que ha tenido la llamada de auxilio del pueblo de Valencia".
"Hemos visto gente desde Galicia hasta Cádiz, desde Huesca hasta a Almería, personas de toda la geografía española, de todas partes, intentando ayudar. Eso es lo mejor que nos podemos llevar de esto", asegura Gago quien, además, apuesta por la positividad.
"De este tipo de catástrofes siempre se sacan lecciones aprendidas y yo creo que de esta se va a aprender bastante, ya solo por la magnitud y la extensión en el tiempo. Esto va a impulsar que se mejoren todos los procedimientos, mecanismos de intervención, de cómo actuar con la población civil... de todo", considera el teniente.
Eso sí, pese a agradecer la ayuda, el teniente pide mucha precaución, sobre todo al personal no especializado, y alerta del peligro de la insalubridad, que aumenta cada vez más con el paso de los días.
"Desde hace unos días las condiciones empeoran, la temperatura es demasiado calurosa y seguimos con el agua estancada, los residuos, la comida en la calle... Con el calor los microorganismos proliferan más y la insalubridad es un riego importante que está presente", avisa el teniente.
Un riesgo que existe incluso para el personal más preparado: "Ahora mismo hay rescatadores acuáticos que están con el neopreno haciendo búsqueda por la zona de la albufera, en canales y acequias que hace días que están estancadas y puede haber de todo. Pero extremamos las medidas de precaución y de seguridad y, de momento, por suerte, no podemos lamentar ninguna baja".
Y las lecciones, como el trabajo, no cesan
El primer aprendizaje que se ha llevado el teniente Gago es el golpe de realidad. "La primera lección ha sido un golpe de realidad de ver lo rápido que te quedas sin nada, porque la gente que está viviendo las consecuencias de la inundación son gente como nosotros, como podría ser yo, mis padres, mi hermana o mis amigos, que de la noche a la mañana lo han perdido todo, incluso algunos lamentablemente a algún ser querido".
"Ver cómo estás en tu casa viendo la tele y al día siguiente estás en la calle y no tienes nada. Has perdido tu coche, tu negocio, algunos su casa... la verdad que es impactante, yo creo que este golpe realidad te lo llevas sí o sí, además de la certeza de que debemos valorar más lo que tenemos", continúa.
La segunda lección, llega momentos después de estar digiriendo este primer impacto. "Lo más notable, que se puede palpar nada más llegar, es el agradecimiento de la gente. Todo el mundo está súper agradecido de toda ayuda que puedan recibir, tanto de voluntarios, de bomberos, de policía, de guardias civiles, de UME...", relata.
"También notaron, sobre todo los primeros días, cierto abandono, ya que la situación estaba desbordada y tenían que buscarse un poco la vida en cierto sentido. Y nosotros intentamos hacerles la vida lo más fácil posible", explica el teniente.
"La UME está enfocada más a trabajos especializados en los cuales podemos ser de mayor utilidad, pero al final somos personas y trabajamos con personas. Y si alguien nos viene a pedir una ayuda puntual en cierto momento, pues si podemos, que es la mayoría de las veces, lo hacemos", apunta haciendo referencia a la ayuda tareas domésticas.
En este sentido, Gago explica que, pese a que no sea su misión principal, todo está tan desbordado que muchas veces acaban uniendo fuerzas con un único propósito: que todo esto acabe cuanto antes.
Aún así, el final es algo que ve lejos. "¿Cuánto tiempo vamos a estar aquí? No te sé decir. Sí que se empezarán a plantear relevos para que la gente que lleva más tiempo empiece a descansar y pueda volver a casa y ver a su familia, pero no te sé decir cuándo va a terminar lo que es la emergencia. Y a que vuelva todo a la normalidad tampoco me atrevería a decirte, pero yo creo que queda mucho hasta que se solucione todo".