Pone una reclamación al Mad Cool por esto que le ha ocurrido
Una experiencia festivalera que acaba con un sabor agridulce.
La usuaria de TikTok Marta (@martabuscatrabajo) ha subido un vídeo a su cuenta en el que ha contado una desastrosa experiencia que vivió el primer día del festival Mad Cool, en Madrid, al que acudió con sus dos hijas.
La usuaria ha contado que fue al festival para que sus hijas pudiesen ver a Dua Lipa, cantante de las que son súper fans, tanto es así que fueron a hacer cola desde las 10 de la mañana para poder ponerse en la primera fila del concierto.
Después de hacer siete horas de cola, el personal de seguridad abrió la puerta del recinto, y anunciaron en voz alta que no estaba permitido entrar baterías portátiles, algo de lo que la organización del festival no había informado en ningún momento.
Tras escuchar esa información, Marta optó por mandarle un mensaje de Instagram a la cuenta del Mad Cool, quienes le respondieron que, en teoría, sí que deberían dejarles entrar con baterías, y que si no era así que les enviasen otro mensaje.
Al llegar al control, el personal de seguridad empezó a registrar la mochila de la usuaria, tirándole la citada batería portátil y un peine y, según ha censurado Marta, sin siquiera darle opción de dejar sus pertenencias en la consigna.
Pero la cosa no se quedó ahí, sino que después del registro de la mochila vino el cacheo, y el problema central fue que no sólo la cachearon a ella "de malas formas", sino que también se lo hicieron a su hija de 13 años, después de que su madre repitiese en varias ocasiones que a ella no la tocasen.
"No me vayas a tocar a la niña que tiene 13 años", pidió en varias ocasiones la madre mientras ella misma estaba recibiendo el cacheo, algo que no sirvió de nada, ya que la hija también tuvo que pasar por la misma situación.
"Las formas completamente horribles, la niña llorando", ha asegurado la madre, quien además ha explicado que a la pequeña le tiraron también un abanico al que le tenía mucho cariño y un bote pequeño de gel hidroalcoholico.
Una vez dentro del recinto, Marta fue a hablar con el personal de la organización y pudo recuperar su batería y dejarla en la consigna por cinco euros y, además, optó por poner una hoja de reclamaciones.
"Ahí me dijeron que debía ir a presentar la hoja de reclamación presencialmente en la oficina de consumo de Sol y pedir cita previa, pero yo no vivo en Madrid", ha relatado la usuaria.
Sin embargo, ha contado que, tras informarse por su cuenta, descubrió que esto no era así, sino que podía llamar al 110 y ahí le decían la ventanilla única del Ayuntamiento de Madrid más cercana a la que podía acercarse a presentar la reclamación.
"En menos de cinco minutos ya estaba recogida la reclamación, por lo que si vais a poner una presentadla, que sino es papel mojado", ha aconsejado la madre a sus seguidores para finalizar el vídeo, el cual lleva ya más de 161.000 visualizaciones.
En la sección de comentario los usuarios han relatado experiencias bastante distintas los unos de los otros, por lo que parece que el criterio a la hora de pasar el control de seguridad dependía mucho del trabajador que te tocase.
"Yo entré con tres perfumes pequeños y no dieron mi mú" o "Mi sobrina pasó con spray de pimienta que se le olvidó sacar del bolso… para que veas que según el guardia que te toque…", han relatado algunos de los usuarios.
En cambio, otros han comentado que vivieron experiencias similares a la creadora de contenido: "A mí me abrieron hasta el bote de las pastillas de la lactosa. La verdad que aluciné un poco".