Pide mesa y nada más sentarse se da cuenta de que está en el restaurante de los horrores: "Me levantaría y me iría sin pagar"
A veces, una salida para comer fuera puede convertirse en una anécdota digna de contar durante años, pero no siempre para bien.
"Incomible" es el título que ha decidido ponerle la influencer española Yolanda Benítez al último de los vídeos que ha publicado en su cuenta de TikTok, @yolandabenitez76, en el que enseña a todos sus seguidores de la red social china cómo le fue en la última visita al restaurante de los horrores al que acudió a comer en compañía de su familia. A juzgar por la reacción de muchos en los comentarios, escandalizados por lo visto en el vídeo, no fue tan placentera como cabría imaginarse: "Yo me levantaría y me iría sin pagar", dicen.
Son apenas 46 segundos de vídeo, pero son suficientes para comprender la experiencia de Yolanda en su aventura gastronómica que tanto se parece al programa Pesadilla en la Cocina de Alberto Chicote. "A ver, a ver, a ver...", dice la creadora de contenidos mientras remueve con una cuchara lo que en el menú del día aparece como un arroz caldoso, pero que dista mucho de ser uno. "Ese arroz no está caldoso, está ahogadooooo", le comenta un seguidor en los comentarios del vídeo. "Esto está incomible", se lamenta la tiktoker.
Sin embargo, lejos de que la pesadilla de Yolanda en el restaurante acabse en el presunto arroz caldoso, sigue con otro de los platos que ha pedido: un solomillo a la pimienta para que su hijo coma. "Nos han dicho que es un solomillo a la pimienta, pero sin pimienta porque no le gustaba, pero yo solomillo... de solomillo yo no sé", comenta mientras trata de cortar una lámina de carne visiblemente reseca. "Caldo con arroz y suela de zapato, buen menú navideño", bromea uno de sus seguidores, también, en los comentarios.
"La gente se lo comía todo"
En un segundo vídeo en el que Yolanda Benítez profundiza en más detalles de la historia, la tiktoker deja claro que, a veces, una salida para comer fuera puede convertirse en una anécdota digna de contar durante años, pero no siempre para bien. Algo que supo desde que se sentó en la mesa y empezó a observar algunas cosas raras en el establecimiento.
La primera, con la respuesta de una de las camareras después de preguntarle por uno de los platos que aparecían en el menú: patatas rellenas. Yolanda quería saber de qué era el relleno, pero la empleada confesó no saberlo: "Tengo que preguntarlo". Una respuesta que encendió todas las alarmas de la creadora de contenidos. “Cuando me dijo eso, ya pensé: uff. ¿Cómo es posible que no lo sepa?”, relata en el vídeo.
Finalmente, optó por un arroz caldoso, aunque pronto se arrepintió de la decisión. Según cuenta, el plato llegó acompañado de una advertencia del camarero: “Cuidado que pesa”. “Claro que pesa, ¡si le habían echado una palangana de agua!”, comenta con ironía. El sabor, dice, era indescriptible, pero no en el buen sentido: “No sabía ni a agua del grifo”. Es más, el desastre no acabó ahí. Luego llegó el solomillo a la pimienta verde de su hijo y, además, estaba el pan: "Sabía como a ajo. Lo probé y lo tuve que escupir. Era incomible".
Lo más desconcertante, asegura, fue que el restaurante estaba hasta la bandera y nadie parecía quejarse. "Miraba alrededor y la gente se lo comía todo. No sé cómo podían. Yo le decía a Miguel: ¿Cómo es posible que nadie diga nada?”. A pesar de no haber comido nada, pagaron la cuenta, pero se fueron con hambre y una historia desagrable que contar.