Operación bote de 'Pasapalabra': así se guarda el mayor secreto de la televisión

"Con la Z. Escarabajo que ataca los trigales especialmente cuando los granos son tiernos". "Zabro". Nunca un ser tan poco agraciado como un escarabajo había dado tantas alegrías a una persona. 

Hace poco menos de un mes Rafa Castaño, de 33 años, escribió su nombre con letras doradas en la historia de los concursos tras ganar el bote de Pasapalabra, de 2.272.000 euros, al resolver el rosco de un tirón y en poco más de dos minutos. 

Pero Castaño no fue el único ganador de la noche. El programa que presenta Roberto Leal, emitido el jueves 15 de marzo a las 23:00 horas de forma excepcional, logró un 37,4% de audiencia con una media de 4.578.000 millones de espectadores pegados al televisor.

Pero, ¿cómo se gestiona desde Antena 3 un acontecimiento como este? ¿Quién decide cuándo se emite? ¿Puede alguien irse de la lengua y filtrar quién va a ganar el bote antes de tiempo?

"Una vez que Rafa se lleva el bote, conectamos con sus padres para darles una sorpresa y con su hermano. Al ganar el mayor bote de la historia de Pasapalabra, es un momento de muchos nervios y emoción, tanto de los concursantes, como del equipo. Tras ganar el bote, tanto Rafa como Orestes terminan su participación en Pasapalabra y los siguientes concursantes, que están prevenidos todos los días de grabación esperando su turno para la silla azul, entran a concursar y se inicia de nuevo el proceso. Después de entregar un bote acumulado, se empieza con 100.000€ como nuevo bote inicial", explican desde la cadena. 

Sobre si hay algo parecido a una Operación Rosco, como si de una película de James Bond se tratase, fuentes de Atresmedia dicen que "no como tal". "Una vez se entrega el bote, desde la Dirección de Contenidos se crea un equipo multidisciplinar (promos, programación, marketing, programas...) para coordinar y gestionar la emisión de ese programa en el que han ganado el bote", señalan. 

Para poner en contexto a los espectadores, desde la Atresmedia cuentan que el equipo de guionistas del programa elabora cada día dos roscos siguiendo sus propios criterios, cuidando, para evitar suspicacias, que tengan una dificultad similar. 

"Se da la circunstancia de que a veces se quedan a un acierto, a veces uno se sabe el rosco del otro y otras ocasiones ambos se quedan lejos de completarlos. Suelen dedicar mucho tiempo a estudiar, con lo que cuando por fin logran llevarse el bote, siempre resulta emocionante y sorprendente que hayan acertado con alguna palabra o nombre dificilísimo. Pero, al final, siempre llega el día en que uno de los dos aspirantes se lo lleva", cuentan desde la cadena. 

Mantener el secreto

Pero sin duda, lo más importante a la hora de entregar el bote de Pasapalabra es mantener el secreto de quién de los dos se lo lleva. Desde que se graba el programa del bote hasta que se emite pasan un par de semanas durante las que hay que decidir cuándo se emite y a qué hora, un cometido del que se encarga la Dirección de Programación y Contenidos. 

¿Y el público que estuvo presente en la grabación? Desde la cadena explican que, como suele ocurrir en los concursos de televisión, "firma un contrato que incluye cláusulas de confidencialidad". 

¿Y Rafa Castaño? Y si, fruto de la emoción quiere compartir con sus amigos, con la del bar de la esquina y con el panadero que es millonario. Pues no puede. 

"Rafa tiene que guardar también la confidencialidad, aunque su familia y las personas más cercanas se enteran porque nosotros mismos grabamos su reacción y se comprometen también a no revelar nada", señalan fuentes de la cadena. 

Lo mismo ocurre con los invitados famosos que ayudan a los concursantes a acumular segundos para enfrentarse al bote con más tiempo. "Siempre tienen una cláusula de confidencialidad en los programas de televisión. Además, como son profesionales suelen estar acostumbrados a cosas así y es difícil que incumplan estos criterios de confidencialidad", dicen desde Atresmedia. 

Por último, el equipo de trabajadores que forma pare del programa "siguen trabajando con normalidad" porque "son los primeros interesados en que no se revele nada". 

Como cuando acaba una relación larga, volver a la rutina de los rodajes de Pasapalabra sin Rafa y Orestes ha sido "extraño". 

"Siempre resulta extraño empezar a grabar con otros concursantes nuevos, sobre todo cuando los concursantes han estado tanto tiempo con el equipo y el presentador", rematan desde la cadena.