Lo que han dejado unos clientes en la mesa del restaurante es para darles el premio a la guarrería

Lo que han dejado unos clientes en la mesa del restaurante es para darles el premio a la guarrería 

Supera casi todo lo visto hasta ahora, pese a que el listón estaba alto.

Una imagen del mensaje de @soycamarero con la foto.X / @soycamarero

Los camareros tienen que soportar a menudo clientes de todo tipo: los educados y empáticos, que intentan hacer su paso por el local lo más agradable posible; los bordes y cortantes y luego está una categoría final: los que se comportan como si fueran auténticos animales.

En esta última categoría se puede clasificar a los comensales de un restaurante que dejaron la mesa convertida en un auténtico estercolero. Hasta tal punto de que la imagen, subida a las redes sociales por la popular cuenta @soycamarero, está provocando la indignación generalizada.

"Qué divertido...", dice de forma irónica el usuario junto a la instantánea. En ella se ve cómo los comensales abrieron los sobres de kétchup y mostaza y dedicaron su contenido a hacer dibujos en la mesa.

Entre las 'obras de arte' hay varias caras, cuyo pelo está compuesto en unos casos por mostaza y en otros por trozos de pan.

Entre los comentarios destaca el de una usuaria que dice: "A mí cuando un niño la liaba así y los padres me pedían una bayeta para limpiarlo, les decía que no se preocupasen e iba yo a limpiarlo. Cuando jode de verdad es cuando se van sabiendo que lo van a dejar así de mal y les da lo mismo la persona que tenga que limpiarlo".

Titania
Titania
Santander

Y otro avisa: "Pues yo juraría que son preadolescentes o adolescentes. Creo que si son niños pequeños, no lo hubieran dejado los padres".

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Rodrigo Carretero es Traffic Editor Manager en 'El HuffPost' y trabaja desde Madrid. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid y Máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid, ha trabajado en 'El Día de Valladolid', en 'El País' y en las radios musicales del grupo Prisa. Puedes contactar con él en rodrigo.carretero@elhuffpost.es