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Le preguntan por la mejor moneda de su colección: todos desencajados al saber su historia y valor
Virales

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Le preguntan por la mejor moneda de su colección: todos desencajados al saber su historia y valor

El número grabado en la pieza no era decorativo.

La esprintia, la moneda de los burdeles romanos.TIKTOK

En TikTok uno puede encontrarse recetas, teorías de la conspiración o consejos para doblar camisetas. Pero lo que no se ve todos los días es una moneda con posturas sexuales en relieve. El portal especializado Numismundo, dedicado a la compra y venta de monedas y billetes, ha publicado un vídeo que ya supera las 170.000 visualizaciones y que ha puesto en el mapa a una joya del coleccionismo con mucho movimiento: la esprintia, también conocida como la ficha erótica de los burdeles romanos.

El vídeo comienza con una pregunta aparentemente inocente: “Hola, enséñame tu mejor pieza”. Y ahí, sin pestañear, el coleccionista saca una pequeña moneda y la muestra como quien enseña un tesoro familiar. “Es mi mejor pieza, sin lugar a duda”, dice. Nada de emperadores, escudos o símbolos patrios. En su lugar, una escena de cama grabada en bronce que no necesita traducción ni contexto. Roma sabía a lo que iba.

Esta moneda, usada exclusivamente en prostíbulos, no servía para pagar el pan ni las termas. El motivo: en teoría estaba prohibido usar monedas con la efigie del emperador en los burdeles. Que el César presidiera campañas militares, sí; que presidiera una orgía en el lupanar de mala muerte, no. Por eso existían las esprintias, fichas anónimas, explícitas y muy prácticas.

En el reverso de la pieza que enseña el coleccionista aparece un número romano: VIII, que indicaba la habitación en la que se prestaba el servicio representado. Un sistema claro y directo. Según explica, las imágenes facilitaban las cosas a los clientes extranjeros, que llegaban con ganas de marcha pero sin saber una palabra de latín. Menos mal que la iconografía sexual es bastante universal.

Además, una hipótesis bastante aceptada dice que cada postura tenía su precio. Es decir, que la escena representada en la moneda no solo era informativa, también tarifaria. El cliente pagaba por adelantado al dueño del local y este le entregaba la ficha correspondiente. Un modelo de gestión más organizado que el de algunas startups.

Lo que en su día fue una ficha de intercambio íntimo, hoy es una pieza codiciada por coleccionistas. Y no precisamente barata: esta esprintia está valorada en 5.000 euros, una cifra nada despreciable por una moneda que, técnicamente, no era ni moneda. Ya lo decía Julio César (o lo habría dicho): invierte en lo que da placer, que siempre sube de valor.

La escena, grabada con todo lujo de detalles, ha conquistado TikTok. Y no es para menos. Hay algo fascinante en descubrir que hace más de dos mil años ya existían sistemas de pago específicos para servicios específicos. Sin contacto, pero con mucho contacto.

Así que sí, puede que el coleccionista tenga denarios, dracmas y duros, pero ninguna moneda brilla tanto como esta. Y no por su valor numismático, sino porque confirma que los romanos sabían mucho de arquitectura, de conquistas… y de marketing de burdel.