J.Warx, el artista que con una acción evidenció la falta de espacios públicos para jugar a la pelota
Este artista plástico logró poner en un momento a toda una plaza de Valencia a jugar al baloncesto.
Jugar al fútbol, al baloncesto o a cualquiera con balón, así como a juegos tradiciones como el pilla pilla o el escondite es cada vez es más difícil de ver entre los más pequeños en espacios públicos.
El aumento de la tecnología, ya que desde muchos desde pequeños comienzan a utilizar móviles y tablets, sumado a la prohibición en multitud de estos espacios de practicar estos juegos hace que las plazas y calles peatonales sean casi propiedad de las terrazas de los comercios.
En las últimas horas se ha hecho viral el tuit del periodista El Confidencial y de la revista Jot Down Sport, Javi Roldán, que denunciaba el cartel que han colgado en una plaza de su barrio. "Prohibido juegos molestos. Reglamento de convivencia artículo 36.2", se puede leer en el letrero, que va acompañado con la imagen tachada en señal de prohibido de una pelota de fútbol.
Toda esta evolución social ha llevado al artista plástico valenciano J.Warx a realizar una acción en la Plaza de la Reina de la capital del Turia que ha dado mucho que hablar en las últimas semanas. Este joven montó una canasta casera que colgó de un poste en la que se podía leer en el tablero el siguiente mensaje: "Prohibido NO jugar a la pelota". Además, dejó un balón y grabó la reacción de la gente. Como se podía esperar, todo el mundo jugó.
"Hice este cartel como si fuera un tablero, junto con un aro que soldé y pinté. Lo coloqué en la plaza de la Reina por la mañana y por la tarde dejé una pelota que me había encontrado. El resultado fue magia. Hasta Miguel Mouse participó", escribió en Instagram junto al vídeo.
"La intención es recuperar el espacio para jugar"
J.Warx, según explica, llevó a cabo esta actuación justo antes de Las Fallas y sí que consiguió visibilizar lo que mucha gente piensa: la sociedad quiere seguir jugando.
"La intención fue recuperar el espacio para jugar, sobre todo en plazas donde inunda el cemento y las terrazas de los bares, donde los niños en lugar de jugar están en las terrazas mirando las tablets que les dan para que se distraigan", comenta.
Añade que gracias a estos sencillos y básicos juegos las personas socializan formando y reforzando vínculos o liberando sustancias como endorfinas. "En cambio, con los móviles y los redes sociales dejamos de socializar entre nosotros y los sustituimos por usuarios, gente que no está o espacios virtuales", sentencia J.Warx, que se resigna a que la tecnología condicione la forma de comunicarse entre personas desde la misma infancia.
Este artista al principio pensó en intervenir sobre los propios carteles, pero acabó convenciéndose de que era mejor darle una vuelta y hacer él el propio cartel y colgarlo, a pesar de no tener el permiso de las autoridades.
Según relata, el aro duró varios días, hasta que una noche alguien haciendo un mate lo rompió. La pelota, que se la había encontrado, la colocó debajo de la canasta sabiendo que iba a desaparecer.
"El resultado fue gratificante"
Este joven artista, que realiza murales en los que por medio de la ironía refleja problemas cotidianos de la sociedad, ha quedado contento con el resultado obtenido, tanto por lo que ha podido ver en la plaza como por los comentarios que le han hecho llegar a través de sus redes sociales.
Niños y niñas que comenzaban a tirar veían como les seguían sus padres, grupos de jóvenes, adolescentes o adultos, todo el que quería podía participar y tirar. Hasta la mascota de Mickey Mouse se echó unas canastas.
"Fue bastante gratificante ver como los adultos y los niños se paraban a jugar. Gente que no se conocía se reunía en torno a la canasta por jugar un rato. Era lo que buscaba, recuperar el espacio para jugar", afirma, confesando que el resultado ha sido tan positivo que ya tiene ganas de hacer intervenciones en los espacios tanto para juegos como con otras ideas.
En redes sociales más de lo mismo, los comentarios y las reacciones fueron positivas: "Cualquier intervención en la calle, como suele ser gratuita, tiene buen feedback, porque la gente de repente se encuentra cosas que no espera, generando una sorpresa y una sonrisa".
Una sencilla acción que sirve para sacar al niño que todo el mundo lleva dentro y para demostrar que las personas, cuando se juntan con personas, son más felices que viéndose a través de una pantalla.