Un experto explica qué pasa cuando verdean naranjas y mandarinas: NO es lo que casi todos pensamos
Puede ser, pero puede no serlo.
Más de una vez (y de dos y de tres) habrás comprado o comido naranjas y mandarinas cuya piel tenía un tono verdoso. Y, casi seguro, habrás dado por hecho que ese color se debía a que todavía estaban un poco maduras.
Ahora, Miguel A. Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos, ha señalado que ese pensamiento no es correcto o no tiene por qué serlo. En un hilo de Twitter, el experto señala que con naranjas y mandarinas el color verde no es un indicador fiable para saber si están maduras.
Es algo que sorprende porque el color verde es, precisamente, el indicador para saber el punto de maduración para otras frutas, como manzanas, fresas o plátanos. En este otro caso, Lurueña subraya que "por dentro pueden estar maduras y por fuera mostrar ese color verde, que se debe a la clorofila".
El experto explica que los cítricos verdes provocan rechazo en muchos consumidores, por lo que le suelen aplicar "procesos de desverdizado": "Una vez recolectados, los cítricos se introducen en cámaras donde se mantienen en condiciones controladas para lograr que la clorofila se oxide y se manifiesten los pigmentos naranjas que asociamos a estas frutas".
"Concretamente se controlan la humedad relativa, la temperatura, la concentración de dióxido de carbono y la concentración de etileno (una hormona vegetal producida de forma natural por las frutas que participa en la maduración)", apunta.