Ernesto Alterio explica qué pasó con la derecha tras la famosa gala de los Goya del 'No a la guerra'
El actor ha concedido una entrevista a 'El Mundo'.
Ernesto Alterio ha concedido una entrevista al diario El Mundo donde ha hablado de lo que supuso para la industria del cine aquella famosa gala del No a la Guerra de hace 20 años con motivo de la presencia de España en Irak.
El periodista Iñako Díaz-Guerra le ha preguntado al actor, que viene de una estirpe de gente importante de cine, por las dos décadas que han pasado desde aquella gala presentada por Willy Toledo y por Alberto San Juan: "En mi recuerdo estabas tú presentando con Willy Toledo y Alberto San Juan, pero no...".
Alterio ha respondido que él no estuvo inmerso en la organización y que él entregó un premio. "Te ahorraste el estigma que les persigue a ellos", le ha replicado el periodista.
"Bueno, sí. Yo qué sé. Mira, yo digo 'no a la guerra' siempre. Lo digo ahora y lo decía entonces. Es el horror. En aquellos días era el momento de decirlo, lo que no sé es si aquella fue la mejor manera de hacerlo, no sé si fue un acierto", ha comentado.
Ha añadido además que esa gala "generó una consecuencias": "Y, cuando volvió el PP al gobierno, hubo una persecución muy fuerte a toda la industria del cine que fue una reacción a aquello".
Sobre si todavía la derecha tiene reticencias con el cine español, Alterio ha señalado que "habría que despolitizar el arte", aunque después de recapacitar, ha afirmado que "no, la verdad es que eso no se puede".
Ha añadido el actor que los Gobiernos "deberían proteger y preservar la cultura más allá de cualquier componente ideológico, deben verla como un bien común" y ha puesto de ejemplo lo que pasa con la industria del cine en Francia.
"¿Vuestro grupo pagó especialmente por aquello?", ha querido saber el periodista.
A lo que el actor ha respondido de forma clara: "Se pagó caro, pero no sólo nuestro grupo, sino la profesión en general. Hubo una represalia generalizada desde la derecha hacia los actores por el 'No a la guerra'".
Para acabar con el tema, Alterio ha puesto el ejemplo de su país, Argentina, "donde la división es mucho más exacerbada". "Pues me pilló allí la final de la Copa del Mundo y, cuando ganaron y salí a la calle, me di cuenta de cuánto necesitaba la gente poder abrazarse. A nivel simbólico, para la sociedad, poder darnos un abrazo es muy importante. Aunque sea por fútbol", ha sentenciado.