Así es la frenética (y no exenta de riesgos) nueva manera de escuchar música de los preadolescentes
"El profesorado puede tomarse esto como algo negativo y desastroso para la educación o como un reto".
Una nueva manera de escuchar música está en boga entre los preadolescentes. Tanto que, en algunos casos, ha desplazado a las aplicaciones que hasta el momento eran sus herramientas principales para ello: Youtube y Spotify.
Ahora muchos de los niños de entre 9 y 14 años utilizan TikTok para escuchar música pero, para sorpresa de muchos de los que todavía no estén familiarizados con esta tendencia, no lo hacen de la manera tradicional, sino que tan sólo escuchan la parte viral de la canción.
Así, algunos de los menores cuentan al HuffPost que utilizan este método para "para ahorrar tiempo" e ir directamente "a la parte guay", como es el caso de Clara, una niña de nueve años de Madrid. "Así no me aburro escuchando toda la canción", añade.
Algo que también hace Gonzalo, de 12 años, aunque solo con las canciones que no le gustan mucho. "Yo me suelo guardar los audios en TikTok para luego escucharlos, y si me gusta luego ya escucho la canción entera, pero si solo me gusta esa parte pues escucho sólo eso", explica.
Una práctica que no sorprende al profesor y director del colegio Joaquín Carrión de San Javier (Murcia), Antonio García, considerado como uno de los mejores docentes del mundo gracias a los premios que ha recibido tanto en los Global Teacher Award como en los Global Teacher Prize.
"Es una práctica que no me extraña, porque los niños al final actúan por imitación y están imitando la tendencia de consumo de la sociedad en general, el consumo frenético", asevera el docente.
Tras ser preguntado sobre si no considera extraña la respuesta de los pequeños de escuchar así música para "ahorrar tiempo", el profesor relata que "el concepto de ahorrar tiempo es un concepto laboral que han asumido perfectamente porque la vida de un niño actual es absolutamente estresante".
Así, el profesor explica cuál es uno de los aspectos que más le ha preocupan de este nuevo modelo de consumo: "Me preocupa que los niños cada vez tienen menos cultura musical. La música, las artes, están desapareciendo de los colegios e institutos. Prácticamente no hay arte, no hay literatura, no hay música, no hay pintura...".
"Las humanidades cada vez tienen menos presencia y eso hace que cada vez haya menos cultura en muchos aspectos, y uno de ellos es la cultura musical, que por desgracia tienen muy poca y en la escuela poca le podemos dar", asegura el docente.
Además, otro perjuicio que ve de esta práctica es que "el modelo de consumo masivo y rápido afecta a la capacidad de concentración y de atención de los alumnos". "La concentración también se entrena, y si no se hace es muy difícil desarrollarla, y se nota", afirma García.
Una consideración que coincide con la información que proporciona la pediatra María Salmerón, coordinadora del Plan Digital Familiar de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
"Un niño de 12 años que ve Tiktok tiene más riesgo de tener menor capacidad atencional, de sentir con más frecuencia ansiedad, de estar irritable, de tener miopía, de que disminuya su capacidad de memoria a largo plazo y de que se activen sus circuitos de recompensa haciendo que cada vez necesite más consumo", alerta la pediatra.
La experta recuerda que estamos hablando de niños que por su edad tienen una "incapacidad del cerebro para tomar decisiones que requieran autocontrol o planificación", ya que la parte cerebral que autorregula es la corteza prefrontal, que finaliza su desarrollo a los 25 años.
"Le estamos pidiendo a un cerebro en desarrollo que mida el tiempo, se planifique y gestione sus emociones ante un contenido que está diseñado para activar el sistema límbico e inhibir la corteza prefrontal. Por buscar un símil es intentar que un pirómano apague un fuego con gasolina", matiza Salmerón.
Un poco más optimista es el joven profesor de Primaria Ramón Amengual, de 25 años, quien ve esta nueva forma de consumo como "un desafío y una oportunidad": "Esta nueva interacción con la música es fácilmente relacionable con los desafíos para mantener la atención de los alumnos en el aula".
"Como docente, puedo verlo como una oportunidad de superar las clases magistrales tradicionales, dando espacio a la reinvención de nuevas metodologías y considerando estrategias similares a su modelo de consumo de ocio", expone el profesor.
En su opinión, el profesorado puede tomarse esta "problemática" como una cosa "negativa y desastrosa" para la educación o como "un reto para crear momentos impactantes durante las lecciones, variar el contenido para evitar la monotonía y fomentar la participación activa con el objetivo de mantener su atención".
Sin embargo, la pediatra Salmerón avisa de que hay que ir con ojo con estas nuevas metodologías, ya que puntualiza que "la activación de los circuitos de recompensa aumenta el riesgo de conductas adictivas y no mejora el aprendizaje".
"Cuando en la AEP se revisó el impacto del uso de pantallas en los centros educativos nuestra conclusión fue rotunda: para usarse las pantallas o una aplicación con fines educativos esto debería estar avalado por ensayos clínicos -que hayan demostrado el beneficio frente al uso del papel y que no existen riesgos-, Y, hasta la fecha, no hay aplicaciones educativas avaladas por ensayos clínicos", concluye la doctora.