Avistan la valiosa nube fantasma en los Pirineos
Su aparición se debe a diversos factores climáticos y tienen un determinado significado.
Blancas, grises, negras e incluso fantasmas. Las nubes conforman un fenómeno único en la realidad climática del planeta ya sea por su formación o impacto que, pese a estar ahí arriba presentes todos los días, en muchos casos siguen despertando fascinación y curiosidad en muchos.
En esta ocasión hablamos de las nubes fantasma. Por este nombre se conocen aquellas que aparecen en el cielo pero que no están catalogadas ni definidas en el Atlas Internacional de Nubes de la Organización Meteorológica Mundial.
De acuerdo a lo que apuntan en la web Eltiempo.es, la última vez que se pudieron apreciar y fotografiar fue en el Pirineo catalán. Pero su denominación se debe también a su razón de ser, ya que se trata de una nube con forma de velo, y en las que en cuyo interior aparecen huecos sin las gotas de agua que la conforma, mientras que en los bordes hay "zonas deshilachadas".
Entre las peculiaridades que presenta respecto al resto de nubes, destaca la mayor rapidez a la que modifican su forma respecto a las demás. Pero su razón de ser no es simplemente estética o llamativa porque sí ya que, como ocurre con cualquier fenómeno climático, tienen una utilidad, que es la de predecir cambios de tiempo.
En este caso son los altocúmulos floccus, que indican inestabilidad atmosférica (frente de aire frío en bajos niveles) incluso su presencia puede ser mucho más significativa en zonas sísmicas, ya que puede implicar indicios de un posible terremoto. Para que estas nubes fantasma hagan acto de presencia, se tienen que conjugar dos factores imprescindibles como son el aire y la orografía.
El nombre de nubes fantasma corresponde al fotógrafo de meteorología Ramón Baylina, quien en el año 2004 las definió de esta peculiar y original forma pese a no estar presentes en ninguna clasificación.