Ni portaaviones ni buque: el nuevo monstruo marítimo con el que China quiere reescribir las reglas de la guerra naval

Unas imágenes han logrado capturar el desarrollo del misterioso proyecto militar que lleva a cabo China en la isla Changxing, en Shanghai. En sus astilleros, se da forma a un embarcación que está llamada a cambiar las reglas de la guerra y la defensa naval. Tanto que ni si quiera necesita un nombre bélico épico, le basta con el nombre de la iniciativa: Tipo 076.

Bajo ese nombre se esconden nada menos que el -lógicamente- heredero del Tipo 075, conocidos como la clase Yushen. Esta nueva saga se enmarca en la clase Yulan. Con la promesa de que un auténtico monstruo naval acabará surcando los mares en forma de un híbrido entre un portaaviones convencional y una lanzadera de buques de asalto anfibios.

Dicho desarrollo naval ha sido sacado a la luz mediante la toma de fotografías satelitales que muestran la magnitud y dimensiones de lo que se está construyendo en Changxing. Forma parte de una investigación del think tank Centro para la Estrategia y Estudios Internacionales (CSIS, por su acrónimo en inglés).

"Es algo que nunca habíamos visto antes"

"Esto es algo que nunca habíamos visto antes", desgranó el investigador del CSIS Matthew Funaiole. "Ningún otro país tiene ya un buque de asalto anfibio con sistema de catapulta", aseguró Funaiole, refiriéndose a un buque de asalto porta-helicópteros (LHA). Y, de hecho, su potencial salto tecnológico promete, a juzgar por las declaraciones de expertos del CSIS.

Se refiera a la catapulta -el disparador de los cazas o drones que se quieran desplegar desde el portaaviones- que emplea la novedosa tecnología implantada en el nuevo portaaviones chino Fujian, que emplea un sistema de lanzamiento de aviones electromagnético -históricamente se emplean catapultas, una suerte de arcos, o se apuesta por el despegue vertical en los aviones de combate-.

De hecho, este nivel de versatilidad que podría incluir el Tipo 076-Yulan sugiere que China está apostando por una medida eficaz para integrar su arsenal de drones en el plano marítimo. Precisamente, el naval es uno de los flancos que Pekín nutre con más ahínco, a razón de sus distintos conflictos de soberanía de islas o archipiélagos con otras potencias de la zona. Y, sobre todo, el latente conflicto con Taiwán en el que el dominio marítimo es clave para demostrar poderío en la zona, también ante los envíos de destructores de EEUU en apoyo a la isla que reniega de la soberanía china.