Una impresora 3D salva al caza del futuro
Con una inversión de cuarenta y cinco dólares.
Las impresoras 3D se están utilizando con muchos fines, pero uno de los más importantes, además de crear material médico, es la fabricación de piezas para arreglar maquinaria. Este es el caso del caza del futuro, el F-35, cuyo principal problema ha sido solucionado con una pieza de 45 dólares de una impresora 3D.
Los caza F-35 tienen en su parte delantera un grupo de sensores que sirven para medir datos como la presión atmosférica. Sin embargo, son muy delicados y se estropean a menudo. Por eso, cuando no están en el aire se cubren con una herramienta para evitar su deterioro.
No obstante, los objetos que se utilizan para evitar que se estropeen los sensores también son frágiles y cuestan más de 600 dólares. Así que, si se rompen, provocan un importante daño económico al ejército estadounidense.
En este caso, el Programa de Mejora de Reparación de la Air Force (AFREP), que se dedica a arreglar y reemplazar piezas de sus aviones, buscó una alternativa económica para cubrir estos sensores. Se trata de una pieza de plástico que se encaja con los sensores y la protege para que no se dañen.
Esta nueva creación de la AFREP se fabrica con una impresora 3D y cuesta unos 45 dólares, lo que ahorrará millones de dólares en reparar los sensores. Puede imprimirse en varios colores, e incluso estampar el símbolo del escuadrón al que está dirigido.
Otras soluciones de bajo coste
Hace 6 años en la base de Mountain Home surgió otro problema parecido. Una fuente de alimentación valorada en más de 20.000 dólares no funcionaba y la única solución era deshacerse de ella. Hasta que llegó la AFREP.
Hicieron varias investigaciones y tuvieron que probar cada pieza hasta que dieron con la solución. Finalmente, pudieron repararlo con un cambio de resistencia. Y el precio es lo que más sorprendió: cinco dólares.