Va al estanco en tacones y en silla de ruedas al médico: el seguro pilla su estafa y mete a su hermana en el lío
La historia de esta francesa ha sido una de las más mediáticas, tanto por la excusa utilizada como por el largo período de tiempo que estuvo defraudando a la aseguradora.
Las estafas a los seguros por parte de algunos trabajadores son una problemática contra la que tanto la Administración Pública de todos los países, como las empresas privadas, luchan constantemente debido a que esto, además de ser ilegal, puede provocar grandes pérdidas económicas en las compañías a las que pertenecen estos trabajadores.
Muchos son los casos en los que se destapan 'trampas' e ilegalidades por parte de mucha gente que se hacen pasar por enfermos y una vez termina su revisión o cita con el médico, vuelven a hacer su vida totalmente normal, causando un perjuicio económico para su empresa, o para el estado en caso de que el trabajador ocupe un cargo público.
Un caso especialmente llamativo ocurrió en Francia, en la localidad de Carmaux, una pequeña población ubicada al sur del país galo. Para contextualizar, hay que remontarse hasta 1983, cuando la mujer fue atropellada por un coche, lo que le produjo graves lesiones en las piernas, y como consecuencia tuvo que empezar a utilizar silla de ruedas.
Además, el conductor tuvo que pagarle una indemnización de 100.000 euros por lo ocurrido. Pasados 10 años, la víctima pidió una revisión de su situación, solicitando que se le agravara el diagnóstico, dada su situación, mismo proceso que repitió en el año 2004, y se extendió hasta 2014, llegando a recibir un montante económico de 90.000 euros en este tiempo.
Hay que destacar que cada vez que la mujer acudía a la revisión médica, lo hacía en su silla de ruedas para no levantar sospechas de ningún tipo. Pero para 2014, el seguro comenzó a tener ciertas dudas de que la mujer se encontrara físicamente tan mal como decían los informes y como ella afirmaba.
Como no le quedaba otra que continuar pagando la supuesta incapacidad de la mujer, el seguro decidió contratar en 2017 a un detective privado para que siguiera a la mujer en determinados momentos del día y comprobara si su situación era tan crítica como ella aseguraba.
La acusada alegó que la de los vídeos era su hermana gemela
Y para desgracia de la mujer, su estafa había sido destapada. Tras recabar varias grabaciones, el detective captó a la mujer paseando sin su silla de ruedas por una tienda de IKEA, yendo a comprar puros a un estanco en tacones, subiendo escaleras sin ningún tipo de problema e incluso conduciendo su 4X4 de camino a Perpiñán.
El asunto fue llevado a los tribunales por parte de la aseguradora, y la mujer alegó que la que aparecía en los vídeos no era ella, sino su hermana gemela y afirmó que se parecen "como dos gotas de agua". Como era de esperar, esta explicación que no convenció al seguro, que pidió a la policía que llevara a cabo una investigación, y tras realizar un estudio de reconocimiento facil, se confirmó que la que aparecía en las grabaciones era la acusada.
Además, en el momento del juicio, la acusada no presentó, algo que fue utilizado por la acusación, que alegó que no acudió a la cita porque "su situación era insostenible". Por ello, el tribunal la condenó por fraude al seguro entre los años 2018 y 2020, y una pena de ocho meses cárcel, que fue suspendida, así como el abono de 20.000€ que fue reducida a 15.000, además de otros 2.000€ que tiene que abonar a la aseguradora.