Una persecución durante 70 kilómetros termina con un youtuber internado en un psiquiátrico

Una persecución durante 70 kilómetros termina con un youtuber internado en un psiquiátrico

La actitud temeraria del conductor pudo haber tenido un desenlace fatal.

Coches de Policía de PortugalMAREK SLUSARCZYK

Un conocido youtuber portugués protagonizó el pasado sábado un episodio que bien podía haber tenido un desenlace fatal. Bajo el seudónimo de Guita Pimpolho, como se le conoce en la plataforma, se esconde Luis Carlos, un joven que saltó a la fama en su país por su participación en el reality portugués, 'Ídolos', y que ahora vuelve a aparecer en los medios por una razón mucho más peligrosa.

Según informaron fuentes de la Guardia Nacional Republicana (GNR), durante la tarde del sábado, alrededor de las 19:00, fueron notificados de que un vehículo se encontraba estacionado peligrosamente en la Estrada Nacional 222, y que se encontraba "lleno de humo".

Ante este aviso, varios efectivos de la GNR se movilizaron y acudieron al lugar de los hechos, pero no eran conocedores de la odisea que les esperaba, ya que, en el momento en que el youtuber vio a los guardias, comenzó a huir en su automóvil de forma temeraria.

Tanto fue así, que el asunto derivó en una persecución de más de 70 km y 1 hora y 40 minutos de duración, en la que el perseguido huyó de cuatro patrullas poniendo en riesgo su vida -y la de terceros- en numerosas ocasiones, al llevar a cabo una conducción temeraria. De acuerdo con los testimonios de las autoridades, el infractor condujo por las aceras, se saltó varios semáforos en rojo, y todo ello a gran velocidad, por las vías de la localidad de Castelo de Paiva.

Finalmente y tras casi dos horas de persecución, el youtuber se vio obligado a frenar su huida cuando se quedó sin llantas traseras ni neumáticos, y pudo ser retenido por las autoridades que intentaron darle caza durante más de 70 km.

Una vez se encontró bajo custodia policial, en la comisaría de la GNR, Luis Carlos confesó haber tomado pastillas e ingerido alcohol, aunque la prueba de alcoholemia salió negativa, por lo que se encuentra en duda. Pese a ello, y ante las evidentes señales de "descompensación", el infractor fue trasladado a un hospital en Sao Joao (Oporto) y de ahí fue enviado al servicio de psiquiatría del Hospital de Magalhães Lemos para ser tratado.