Una empresa española descubre que la plaga mortal para perros oculta la clave para acabar con los atascos
Considera que debemos aprender de estos peligrosos insectos.
Las épocas vacacionales suelen ofrecer siempre imágenes de carreteras abarrotadas de coches. Para este mes de agosto, por ejemplo, la Dirección General de Tráfico (DGT) calcula que habrá 48,3 millones de desplazamientos. Durante este periodo, por tanto, está previsto que se produzcan grandes atascos, un problema muy molesto para los conductores porque puede alargar los viajes considerablemente.
No obstante, los atascos están presentes a lo largo de todo el año. Por eso, se buscan diferentes formas de controlarlos, como la posibilidad de implantar semáforos en las autopistas que se plantea en Cataluña. Ahora, una empresa española ha descubierto que la oruga procesionaria puede desempeñar un papel muy importante para evitar problemas de tráfico.
Comunicación a través de ondas
Este insecto es conocido por el peligro que supone. En los humanos, puede provocar irritación en oídos, nariz y garganta. Y si un perro la lame o sufre una picadura puede sufrir grandes heridas e incluso morir. Sin embargo, la empresa española Impact Ware ha creado gracias a la oruga procesionaria un programa que permite enseñar una forma de conducir segura, eficiente y sin atascos.
Según recoge El Diario Montañés, la idea surgió cuando su director de Tecnología, Óscar Melchor, se dio cuenta de que estos insectos se desplazaban en convoy a través de las ondas, dirigida por la primera de ellas y con una perfecta sincronización, que el objetivo que pretenden alcanzar aquellos que desarrollan sistemas de conducción autónoma.
Al principio, Melchor estudió las hormigas, que también son conocidas por su buen tránsito en los hormigueros, pero presentaban dos problemas: siempre se movían a máxima velocidad y se comunican a través del contacto. Esto haría que la conducción no fuera segura.
Sin embargo, las orugas son capaces de detenerse en cuestión de milisegundos cuando detectan un obstáculo y se comunican a través de las ondas. Cualquier movimiento se puede expresar en forma de ondas y es su amplificación lo que produce los atascos. Por ello, Melchor asegura que hay que comportarse como estos insectos cuando haya mucho tráfico.