La asistencia social básica en Finlandia, gestionada por Kela, está siendo muy criticada, especialmente tras los resultados de una encuesta interna sobre el bienestar laboral que revela una creciente preocupación entre los empleados. 948 trabajadores de este sector respondieron que no tenían tiempo suficiente para realizar su trabajo correctamente.

Este servicio es vital en la red de seguridad finlandesa y se encuentra disponible solo para aquellos cuyos ahorros, ingresos o beneficios no cubren sus necesidades básicas, como alimentación y vivienda. 

Sin embargo, el estado de quienes reciben esta ayuda se ha deteriorado, siendo sus resultados peores que el promedio de los residentes de Kela. Además, el año pasado se registraron más quejas que de costumbre ante el Defensor del Pueblo Parlamentario.

A medida que la presión sobre los empleados de Kela ha aumentado, muchos se han encontrado con un "modelo de acción para mejorar el desempeño" que culmina en la "posible terminación de la relación laboral" si no se mejoran los resultados, lo que ha generado inquietud. 

"Simplemente hay que tomar decisiones rápidamente para que tu sustento no esté en riesgo", explica a Yle un empleado que prefiere permanecer en el anonimato. La rapidez en la toma de decisiones, según él, puede hacer que los clientes eviten comunicarse por teléfono, ya que es más fácil enviar mensajes breves que requieran menos tiempo.

El director de servicios de Kela, Sari Hänninen, reconoce que un superior se equivocó al presentar este modelo a los trabajadores, además de señalar que no debería ser implementado.

"Es absolutamente inaceptable que nos dejemos intimidar de cualquier manera por este tipo de cosas", afirma. "Fue un error. Personalmente he pasado por esto. Ya no se hacen ese tipo de cosas", añade, insistiendo en que ningún empleado ha sido despedido únicamente por bajo rendimiento.

Soluciones para reducir el estrés de los trabajadores

Además de la presión laboral, Kela está inmersa en una fase de recortes importantes como parte de las medidas de austeridad en la administración pública. La organización debe ahorrar 45 millones de euros entre 2025 y 2027, lo que ha llevado al cierre de oficinas y despidos. Esto, combinado con un aumento en la carga de trabajo debido a cambios en subsidios y una mayor demanda de asistencia social, ha contribuido al estrés entre los empleados.

Hänninen promete abordar los resultados de la encuesta de bienestar laboral y menciona que, pese a las dificultades, los procesadores de asistencia social han dado excelentes calificaciones al trabajo de sus supervisores inmediatos. Para mitigar la situación, Kela ha implementado formación adicional para 300 expertos en otras áreas, permitiendo que también gestionen solicitudes de asistencia social cuando sea necesario.