Un fontanero cobra 80.000 euros a una anciana por arreglar el termo y la justicia le manda directo a la cárcel
Condenado a prisión por un delito continuado de estafa a una señora de 76 años: "Me han quedado la pensión y cuatro perras en el banco".
Cinco años y medio de cárcel. Esta es la condena a la que ha sido sentenciado un fontanero por un caso de estafa. Un caso relacionado con la reparación de un termo -el calentador del agua- a una anciana con problemas de deterioro cognitivo. Y que ha superado los 50.000 euros.
Así lo recoge en una información el medio especializado Confilegal, aludiendo a la sentencia de la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Provincial de Valladolid por la que se condena al acusado a una pena de más de un lustro de cárcel por un delito continuado de estafa, agravada por la cuantía defraudada y con reincidencia.
De hecho, según recoge la citada noticia, el condenado también deberá devolver la totalidad de cuantía económica estafada, que finalmente ha ascendido a la friolera de 79.000 euros. Ya había sido condenado en otra ocasión a seis meses de prisión por delito de estafa.
"Me han quedado la pensión y cuatro perras en el banco"
"A raíz de lo ocurrido ya no puedo viajar, que era lo que más me gustaba, y me han quedado la pensión y cuatro perras en el banco", lamentó la víctima de la estafa durante el juicio. Se trata de una señora mayor que el junio de 2022 recibió la visita de un fontanero para repararle el termo. Según Confilegal, este se declaró inocente ya que solo cambió un contador, sin percibir a cambio cantidad alguna porque "es un trabajo que cubre Aguas de Valladolid".
Con todo, y según consta en dicha sentencia judicial, tras esa visita a su hogar se sucedieron una batería de llamadas telefónicas en las que el fontanero le reclamaba distintas cantidades, supuestamente para el pago de las piezas del arreglo del termo, entre ese verano y enero de 2023.
Incluso se desplazaba al domicilio a cobrar o acompañaba a la septuagenaria a la oficina bancaria esperando en el vehículo a que retirarse del cajero automático o en la propia ventanilla de la entidad. "Y se iba pitando tras recibir el dinero", aseguró la víctima.
Tras las repetidas peticiones de dinero, la anciana se quedó solo con 108 euros en la cuenta y fue entonces cuando decidió denunciar. La clave estuvo en que fue anotando un manuscrito con las distintas cuantías exigidas por el condenado.