Un físico propone llenar las islas Canarias de reactores nucleares

Un físico propone llenar las islas Canarias de reactores nucleares 

No solo producen electricidad, sino que también son efectivos para desalar agua, de acuerdo al experto.

Vista de Las Palmas de Gran Canaria.Getty Images

El físico Manuel Fernández Ordóñez declaró este martes en la comisión de Transición Ecológica del Parlamento de Canarias que no tiene sentido establecer una gran central nuclear en el Archipiélago. Sin embargo, propuso la instalación de “pequeños reactores modulares” de hasta 300 megavatios (Mw), que no solo producen electricidad, sino que también son efectivos para desalar agua.

A instancias de Vox, Fernández Ordóñez, quien es licenciado en Física de Partículas y doctor en Física Nuclear, abordó las inquietudes planteadas por los diferentes grupos, incluido el proponente, sobre la viabilidad de la energía nuclear en Canarias. Cabe destacar que esta no es la primera vez que se sugiere la implementación de este tipo de energía en las Islas; el arquitecto y doctor en Ciencias Económicas-Sociales y Jurídicas, Gonzalo Melián, ya lo había propuesto en mayo durante una sesión de la comisión parlamentaria sobre el reto demográfico.

En esta ocasión, el físico Fernández Ordóñez, quien asegura tener un profundo conocimiento del sistema energético de Canarias gracias a la experiencia de su padre en la instalación de centrales eléctricas en varias islas, ha señalado que no tiene sentido construir un gran reactor nuclear en el archipiélago debido a la magnitud de su demanda energética.

No obstante, mencionó que en países como India, Rusia y Argentina operan reactores nucleares modulares de pequeño tamaño y microrreactores que generan hasta 300 Mw de potencia, adaptándose a las necesidades específicas, lo que los haría adecuados para islas como El Hierro y La Gomera.

Entre las ventajas de estos microrreactores se encuentran sus diseños de seguridad avanzada y su naturaleza modular, ya que se producen en serie, lo que reduce los costos de fabricación. Además, son fáciles de transportar y ensamblar en el lugar de destino.

Fernández Ordóñez destacó que estos sistemas ofrecen mayor flexibilidad y se adaptan a diversas necesidades energéticas, siendo útiles para aplicaciones que van desde la generación de electricidad hasta la desalación de agua. Aseguró que requieren una inversión total menor y tienen un impacto ambiental “muy reducido”.

Respecto a las preocupaciones de los diputados sobre el efecto de una instalación nuclear en un área turística, el físico preguntó a los parlamentarios cuál es el país europeo con más turistas y el que alberga más centrales nucleares, revelando que la respuesta es la misma: Francia.

Lo mismo ocurre en España, donde Cataluña se destaca tanto en turismo como en energía nuclear, mencionando que en Tarragona hay parques temáticos cercanos a la central de Vandellós.

En relación a los residuos radiactivos, el físico ha reconocido que son “muy peligrosos”, pero también “muy escasos” en volumen. Por ejemplo, una pastilla de combustible nuclear del tamaño de un dado de parchís puede generar la electricidad que consume un ciudadano de un país desarrollado durante cuatro años, y con solo 20 pastillas, que equivalen al tamaño de una pelota de ping pong, se cubriría su consumo a lo largo de toda su vida.

Esto significa que el volumen de residuos es considerablemente bajo en comparación con el generado por el carbón a lo largo de décadas, según explicó el físico nuclear, quien aclaró que el problema no es técnico, sino de percepción social.

La industria nuclear ha gestionado los residuos de manera segura durante años, y en España, Enresa lo hace de forma “excelentemente segura”. En este país, los residuos se almacenan, mientras que en otros lugares se utilizan como combustible para reactores más avanzados.

Respecto a los riesgos de tener centrales nucleares en áreas propensas a fenómenos naturales como volcanes y terremotos, Fernández Ordóñez señaló que el terremoto más fuerte registrado en Canarias en los últimos 300 años fue de 6,1 en Tenerife, lo cual es “insignificante” para una central nuclear.

De hecho, el terremoto de Fukushima en Japón alcanzó los 8,9 en la escala Richter, liberando una energía 15,000 veces mayor que el de Tenerife, y la central respondió adecuadamente, con los reactores deteniéndose automáticamente. Sin embargo, el problema surgió con el tsunami que superó la altura de la instalación.

Fernández Ordóñez enfatizó que la energía nuclear es limpia, como ha reconocido la UE, está “bastante madura” y representa el futuro energético, ya que actualmente produce un quinto de la electricidad mundial, y se estima que para 2050 la demanda en este sector se duplicará.

De los 25 países con mayor PIB en la OCDE, 22 cuentan con energía nuclear o están en proceso de desarrollarla, lo que lleva al físico a concluir que España “se está quedando sola, a contracorriente” al considerar el cierre de centrales nucleares.

La energía “no debería tener colores políticos ni hay razones” para detener las operaciones de instalaciones que generan el 20% de la electricidad en la Península, equivalente al consumo de 15 millones de hogares, afirmó Fernández Ordóñez.

Desde su perspectiva, las alternativas al cierre de plantas nucleares son “mucho peores”, ya que implican residuos mineros que contaminan ríos, lagos y acuíferos “de manera perpetua”, además de liberar grandes cantidades de CO2 a la atmósfera. También destacó que aún queda un largo camino por recorrer en la integración de energías renovables.

“Estamos en un punto de inflexión en el que seguir descarbonizando empieza a convertirse en costoso y las cuentas no salen. Quitar la energía nuclear para sustituirla por renovables es mala idea, porque al final se usará más gas, como pasa en Alemania”,  advirtió.

El desafío es considerable y, según el físico, “no lo lograremos solo con energías renovables”. Un sistema 100% renovable, como el que podría implementarse en Canarias, requeriría “un sobredimensionamiento” tanto de la capacidad instalada como del espacio necesario para las instalaciones, para poder afrontar los períodos de escaso viento o la falta de luz durante la noche.

En cambio, una central nuclear puede generar electricidad sin depender de las condiciones climáticas. De hecho, si no hubiera sido por la central de Cofrentes en Valencia, se habría producido un apagón generalizado tras la DANA, añadió.

El físico ha reiterado que para Canarias serían perfectamente viables los reactores nucleares pequeños para ayudar a descarbonizar el sistema eléctrico y avanzar hacia uno verdaderamente sostenible, al tiempo que ha insistido en que, a nivel global, estas micro plantas serán necesarias además para otros usos en los que ahora se emplean combustibles fósiles, como la producción de acero, cemento, plásticos y fertilizantes, “una gran mayoría de todo eso que nos hace falta para vivir tan bien como vivimos”.