Un equipo de buzos se prepara 9 meses para bajar por primera vez a más de 100 metros: "Está oscuro, frío y es todo lodo"
"Estamos en línea directa con la superficie, pero a muchas horas de distancia de la superficie".
Sorprendente testimonio sobre las capacidades del ser humano, al resistencia y la dureza del mar el que ha salido el pasado fin de semana en la cadena portuguesa TSF Rádio, durante la entrevista al comandante Violante da Luz, después de que la semana pasada el destacamento de buzos zapadores nº 3 de la Armada portuguesa completase su certificación de buceo profundo alcanzando una bajísima profundidad. De más de 120 metros.
"Existen riesgos por el entorno y el equipo de buceo", reconoce al citado medio, indicando que en esas condiciones todo "está oscuro, frío y embarrado...". Por este motivo, no son de extrañar los altos estándares de exigencia que se imponen a estos profesionales.
"En una fase inicial, en marzo pasado, abordamos el equipo de manera experimental y continuamos mejorando, alcanzando cada vez mayor profundidad y dominio del equipo. Considero que hemos alcanzado un nivel de excelencia en este equipo y así son capaces de aventurarse a profundidades mayores a cien metros con seguridad", desgranó Violante da Luz.
"Trabajamos con explosivos"
Todo ello sin obviar que "cuando buceamos a más de cien metros de profundidad, estamos en línea directa con la superficie, pero a muchas horas de distancia de la superficie". Y añade: "El peligro que tenemos que afrontar es que no es posible [mantener] un vínculo directo con la superficie".
No son las únicas cuestiones que requieren un gran adiestramiento. "En cuanto a peligros fuera de los equipos, tenemos peligros ambientales, el cansancio, el frío, los peligros del propio fondo marino, redes que puedan existir y que hayan sido abandonadas. En nuestro caso, como trabajamos con explosivos, con inactivaciones submarinas, tenemos este riesgo", comenta el comandante de dicho destacamento.