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Un controvertido estudio echa por tierra todo lo que se sabía sobre las neuronas

Un controvertido estudio echa por tierra todo lo que se sabía sobre las neuronas

Asegura que no son como tubos cilíndricos sino que podrían tener la forma de un collar de perlas, lo que influiría en su funcionamiento.

Una doctora analizando un escáner de un cerebroMonty & Liz Rakusen/Getty Images

Parece ser que las neuronas podrían tener una forma distinta a lo que se creía, específicamente en sus brazos, llamados axones. Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins llegaron a una controvertida conclusión que a otros investigadores no acaba de convencer. La investigación que defiende esta nueva teoría ha sido liderada por Jacqueline Griswold, investigadora de esta universidad, y se ha publicado en la revista especializada Nature Neuroscience.

Este estudio defiende básicamente que, en neuronas de ratones, se ha detectado que los axones, que son los “brazos” que se extienden entre células cerebrales e intercambian información, no son como tubos cilíndricos, sino que podrían tener la forma de un collar de perlas.

Esta no es la primera vez que se observan axones con esa forma, de hecho, este fenómeno de inflamación se produce en las neuronas moribundas de personas con Párkinson u otras enfermedades neurodegenerativas. Pero los ratones del estudio mencionado no estaban en esas condiciones.

“Comprender la estructura de los axones es importante para entender la señalización de las células cerebrales. Son los cables que conectan nuestro tejido cerebral y permiten el aprendizaje, la memoria y otras funciones”, ha explicado tras conocerse este estudio Shigeki Watanabe, profesor asociado de biología celular y neurociencia también en la Facultad de Medicina de Johns Hopkins. “Estos hallazgos desafían un siglo de comprensión sobre la estructura de los axones”, añadió.

Según el estudio, esta forma abultada de los brazos de las neuronas además tiene una utilidad, y es que podría influir en la rapidez y la precisión con la que estas células cerebrales envían las señales. “Un espacio más amplio en los axones permite que los iones (partículas químicas) pasen más rápidamente y eviten atascos”, señaló  gráficamente Watanabe.

Pero no todos los científicos están convencidos de esta nueva teoría. En otro artículo, de la revista Science, otros expertos la rebaten, señalando que si bien podrían tener esta forma irregular, no sería algo que cambiaría un siglo de conocimientos sobre las neuronas.

Además, apuntan esos otros expertos en el artículo, la forma está ahí, pero podría haberse ocasionado por otras razones. Los expertos tuvieron que preparar y congelar las muestras de ratones antes de poder estudiarlas, lo que pudo cambiar los tejidos y generar resultados confusos.

De hecho, en observaciones previas se había documentado que los axones podían formar “bolitas” cuando estaban en mal estado o expuestos a ciertos tipos de estrés. Otra explicación sugiere que los bultos podrían ser atascos.

Sin embargo, el método de Griswold asegura ser diferente, ya que preparó las células con una técnica de “congelación a alta presión”, que puede preservar la estructura fina de las neuronas. Así, con un microscopio electrónico, vio que los bultos de 200 nanómetros de diámetro, distribuidos uniformemente a lo largo de los axones de los ratones, no eran como las bolitas producidas por atascos, es más, que no tenían nada dentro.

En cualquier caso, para clarificar este debate, los científicos de Johns Hopkins planean poder revisar axones de tejido cerebral humano para estudios futuros, con autorización de pacientes de cirugía cerebral y de personas que murieron por enfermedades neurodegenerativas y donaron sus cerebros a la ciencia.