"Tuve que desnudarme en mi coche": una abogada consigue que le indemnicen por tener que quitarse el sujetador por ver a su cliente en prisión

"Tuve que desnudarme en mi coche": una abogada consigue que le indemnicen por tener que quitarse el sujetador por ver a su cliente en prisión

Llevó a las autoridades a los tribunales al considerar que se trató de un trato que violaba sus derechos. La justicia le dio la razón y ahora ha abierto camino para sus compañeras y compañeros.

Imagen de archivo de una prisión en San Francisco (Californa, EEUU).Sam Scholes via Getty Images

Victoria legal en Francia que sienta precedente para proteger los derechos de un colectivo de trabajadores que trabajan en un entorno nada sencillo. En el que están sus clientes, la cárcel. Se trata de la lucha que ha emprendido la letrada Stella Bisseuil después de lo que le ocurrió -a ella, porque no es un caso único- durante la visita a uno de sus defendidos.

Ocurrió el 25 de agosto de 2020 en la prisión francesa de Seysses (Tolouse), cuando, en el checkpoint de seguridad, el detector de metales emitía un pitido que no cesaba con el habitual ritual que la profesional realizaba cada vez que tenía que pasar por ese arco. Ese día se había quitado zapatos, pulseras, pasador de pelo, pero seguía dando alerta de presencia de metal, relata el diario galo progresista Libération.

Entonces, cae en cuál puede ser el 'problema'. Los aros metálicos de su sujetador y se lo comenta a los funcionarios de prisiones. "'Mientras toques el timbre no podrás entrar'", le dieron como respuesta, ante el protocolo de seguridad. Eso no cambia que tenga también una hora estricta en la cita con su cliente

Quitarse el sostén en el parking

Como no considera muy honroso tener que quitarse el sostén en pleno control de seguridad, se marcha al aparcamiento del centro de detención preventiva -otra instalación, fuera-. Bisseuil sabe que es denigrante y discriminatorio, pero también que no le ha ocurrido únicamente a ella. Así, lleva el caso ante el tribunal administrativo de Montpellier. No le dan la razón en primera instancia y recurre al de apelación en Tolouse.

El día 17, la pasada semana, la sentencia acaba condenando al Estado galo por violación de sus derechos legales, reconociendo que sí tenía razón y abriendo camino a los que vivieron casos similares.

La abogada reconstruye el 'paseo de la verguenza': "Viene el director de la prisión y me imagino que con una mujer podremos discutir..."

En declaraciones a Libération, la abogada ha reconstruido los hechos de los que acaban de dictar sentencia. "Pero hoy suena cuando cruzo [por lo ocurrido en 2020]. Me quito los zapatos, la pulsera, el pasador, pero sigue iluminándose cada vez. Le digo al guardia que debe ser por mi sujetador con aros metálicos. No puedo quitármelo", revive la abogada: "Me digo a mí mismo que tengo que volver a ver a mi cliente que me estaba esperando".

Explica Stella Bisseuil que cuando llegó la máxima autoridad de la prisión, tenía alguna esperanza. "Viene el director de la prisión y me imagino que con una mujer podremos discutir y solucionar las cosas", recuerda. "Me dice que no hay otras soluciones y que no volveré a casa hasta que suene. Insistir no sirvió de nada. Le pregunté si me iban a obligar a quitarme la ropa", señala de una respuesta que resume en tres palabras.

"Tuve que hacerlo [quitarse el sostén] en mi auto en el estacionamiento de la prisión. Un lugar donde hay cámaras por todas partes"

"Ella respondió 'es asunto tuyo'. Entonces tuve que hacerlo en mi auto en el estacionamiento de la prisión. Un lugar donde hay cámaras por todas partes", desgrana de una cuestión que le llevó a plantar cara al sistema en los tribunales. Y también revive cómo dio ese paso. "Pensé que era necesario demostrar que existe un Estado de derecho".

"Inicialmente me comuniqué con ellos por correo electrónico para que pudieran conservar el vídeo del incidente, porque todo estaba filmado en el interior. Simplemente me dijeron que habían aplicado la ley", apunta la letrada, para señalar cómo dio con una de las claves del proceso. 

"Me puse en contacto con el interventor de los lugares de privación de libertad y encontré los textos para formarme mi opinión jurídica", indica, especificando que "hay una circular donde está escrito que si suena el timbre de un abogado, de un médico o de todas las personas que entran en prisión, se puede realizar una búsqueda manual para saber si el timbre es inofensivo".

"Afirmaron que me había negado a permitirles usar un detector manual y que en lugar de eso había corrido hacia mi auto"

Cuenta también la abogada que llegaron a acusarla de mentir, indicando que no quiso someterse a otro tipo de prueba y huyó hacia el parking. "Fuimos a los tribunales por primera vez en 2022 y perdí. Afirmaron que me había negado a permitirles usar un detector manual y que en lugar de eso había corrido hacia mi auto", rememora, subrayando que "mintieron descaradamente, ¡sigue siendo particularmente impactante!".