¿La tuberculosis bovina que ha sublevado a los ganaderos es peligrosa para los humanos?
España es el tercer país europeo más afectado por esta enfermedad, lo que ha hecho saltar todas las alarmas ante el intento de flexibilizar los controles en la comunidad castellana y leonesa.
El anuncio de la Junta de Castilla y León de que flexibilizaba los controles sobre el ganado castellano y leonés y el bloqueo de la medida por parte de la Justicia por suponer un riesgo para la salud ha soliviantado a los ganaderos de la comunidad autónoma, especialmente a los de la provincia de Salamanca.
Pero, dejando la política en un segundo plano, ¿es la tuberculosis bovina peligrosa para el ser humano? Esta enfermedad, cuyo nombre científico es Mycobacterium bovis, es un mal crónico que afecta a las vacas, bueyes y toros, entre otras especies. Y no, las personas no estamos exentas de riesgos, también podemos contagiarnos, según explica la revista National Geographic.
Aunque esta enfermedad se concentra principalmente en el continente africano y en algunas zonas de Asia, también se encuentran algunos focos en América y Europa. Según la revista Animals Health, España es uno de los tres países más afectados por la tuberculosis zoonótica en personas, solo superados por Suecia e Irlanda.
La flexibilización de los controles en Castilla y León, territorio que concentra el 21,7% del censo de cabezas de ganado en España, ha hecho que aumente la preocupación entre los consumidores y ganaderos.
Transmisión y síntomas
El contagio entre animales suele darse por medio de la inhalación de gotículas de fluidos infectadas que se transmiten al toser o también de manera indirecta al contaminar los piensos. En los animales el tiempo de latencia es muy prolongado, y pueden vivir durante meses o años hasta morir, lo que aumento mucho el riesgo de contagio entre ellos. Los principales síntomas son:
- Debilidad
- Tos intermitente
- Diarrea
- Pérdida de apetito y de peso
- Fiebre
- Ganglios linfáticos grandes
Aunque el contagio de animal a humano es complicado, se calcula que en torno al 10% de los casos registrados en las personas son provocados por la variante animal. Los síntomas más comunes son: cuadro grave de fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso.
Los expertos recomiendan consumir productos lácteos que hayan sido previamente pasteurizados. En lo que respecta a las carnes, estas deben cocinarse a temperaturas elevadas para eliminar las bacterias, que no suelen resistir las temperaturas elevadas.
Si presenta síntomas o ha estado en contacto con animales contagiados, se debe buscar atención médica lo antes posible.