Las trágicas consecuencias para la humanidad de llenar el Sahara de paneles solares
"Acabaría mal, muy mal".
Que las energías renovables conforman un pilar imprescindible para construir el nuevo modelo energético -sostenible- del futuro -si llegamos- es una obviedad. No obstante, a menudo la población desconoce cuáles son las capacidades y características de estas fuentes para sacar un aprovechamiento adecuado de la instalación o, sencillamente, que esta no acabe suponiendo un prejuicio para el medio ambiente.
En este sentido, en los últimos años los expertos han tratado de responder a escenarios dignos de una obra de ciencia ficción. Por ejemplo, ¿sería buena idea aprovechar el vasto e inmenso desierto del Sahara para instalar miles de paneles solares con los que solventar las necesidades energéticas de la población mundial?
Precisamente, este es el tema que ha sido analizado en una nueva publicación de la cuenta de TikTok de Xataka. En dicho vídeo, se explica porque la ciencia ha demostrado que no sólo es una mala idea, sino que es una idea nefasta de consecuencias irreversibles para la humanidad. "Sería una movida tremenda, que además acabaría mal", anticipan en la publicación que acumula cerca de 131.000 'me gusta'.
Una factura billonaria
En primer lugar, en el análisis sobre este supuesto se expone que el proyecto sería inviable por el elevado coste para la adquisición, instalación y mantenimiento de las placas solares y baterías, al que después habría que sumar el de la infraestructura necesaria para transportar la energía obtenida. "Para abastecer a toda la Tierra necesitaríamos 51.000 millones de paneles solares", explican, que "ocuparían 186.000 kilómetros, que tampoco es tanto".
Continúan explicando en el TikTok de Xataka que "el Sahara tiene una extensión de 9,2 millones de kilómetros cuadrados y nuestra granja solar sólo ocuparía un 3,25% del desierto". No obstante, en unas condiciones extremas desérticas, el coste se dispararía por la necesidad de "un mantenimiento constante, de 24 horas al día, los siete días de la semana".
Señalan que la instalación de un panel solar oscila entre "200 y 400 euros", mientras que en el desierto se dispararía a unos "mil euros". La factura se iría a "unos 514 billones de euros", es decir, "23 veces más que la economía estadounidense". A eso hay que sumarle 900 euros de la batería que acompaña a cada panel y el coste de sacar la energía del desierto y distribuirla a escala mundial.
Consecuencias catastróficas para el medio ambiente
Con todo, hay otro aspecto que supondría la ruina de la misma población mundial a la que estaría destinada a alimentar este desierto de paneles solares. El medioambiental. Como los paneles convierten un 15% de la energía solar obtenida en energía, "el resto se devuelve a la atmósfera en forma de calor".
Desde Xataka citan un estudio realizado en 2018 simulando qué ocurriría en este escenario, el de llenar un 20% del Sahara con paneles solares. "El calor producido por los paneles solares más oscuros en comparación con el suelo reflectante acabaría provocando un aumento de la temperatura, lo que reduciría la presión y aumentaría la humedad, provocando lluvias", señalan, adelantado que un desierto del Sahara verde tampoco es una opción positiva para nuestro planeta.
El motivo es que la arena del Sahara que se transporta con el viento es una fuente de nutrientes para muchos otros parajes naturales. "El Amazonas es fertilizado con arena que sopla desde el Sahara, igual que el Atlántico", que en caso del océano se traduce en alimento para las algas. Además, se aumentaría en gran medida la temperatura del agua, generando vapor que también es fuente del efecto invernadero.