El tiburón-banana cobra vida: la escultura que viajó miles de kilómetros para dejar a la gente estupefacta
La exposición Sculpture by the Sea da comienzo esta semana en Bondi Beach (Sydney).
Esta semana da comienzo Sculpture by the Sea, la exposición anual de esculturas al aire libre más grande de Australia. La misma tiene lugar en Bondi Beach (Sydney) y se celebra desde el año 1997.
Algunos de los artistas viven muy cerca de esa bulliciosa playa australiana, sin embargo, otros han recorrido miles de kilómetros para presentar sus obras en la prestigiosa exposición.
Ese es el caso de Drew McDonald, quien ha viajado desde Ocean Shores (Estados Unidos) para llevar hasta Australia una escultura que no dejara indiferente a ninguno de los asistentes a la exposición: un tiburón-banana.
Drew McDonald era montador y tornero con maquinaria antes de dar un cambio radical a su vida y dedicarse a la que realmente era su pasión: el arte. En declaraciones a la radiotelevisión pública australiana Australian Broadcasting Corporation, McDonald ha destacado que “siempre había querido dedicarme a las artes” y ha explicado que desde que tomó esa decisión ha cursado más de cinco años de estudios de artes visuales.
Su estatua, el tiburón-banana, mide dos metros de altura y está compuesta por plástico reciclado, carbonato cálcico, acero y pintura acrílica. El autor define la escultura como “una unión cohesiva entre un gran tiburón blanco y un plátano”.
La escultura no tiene sentido. Pero eso es justamente lo que pretende transmitir el autor con su obra. “Siempre he visto la vida como algo absurdo. Quiero que mi arte también sea absurdo, pero de una forma alegre y atractiva”, ha destacado Drew McDonald.
“Es una fusión de dos formas que conocemos bien pero que no deberían encontrarse. Detenerse, admirar y cuestionarse la realidad de un tiburón saliendo de un plátano pelado es cuestionarse lo que significa existir en una roca que flota en el espacio”, ha añadido el autor.