Silvia Pérez, la profesora que ofrece su casa para cuidar a los más pequeños afectados por la DANA
"Quiero a la infancia y apuesto por ellos siempre, me considero un niña grande y tenía que intentar echar una mano".
Silvia Pérez, una profesora de 30 años de educación Infantil de Xirivella (Valencia), recorrió andando el pasado jueves los escasos siete kilómetros que separan su pueblo de Aldaya, una de las zonas más afectadas por la DANA, para ayudar en las labores que hicieran falta, ya que en su pueblo el daño fue mucho menor. También se desplazó a Alacuás, otro municipio colindante con el suyo y que sí fue golpeado por las inundaciones.
Ahí se dio cuenta que, además de la retirada del agua, del barro o de los vehículos o del mobiliario destrozado que se podía ver en cada rincón de cada calle de estos pueblos, había un sector de la población que no comprendía nada, que estaban en muchas ocasiones solos y que casi no podían salir a la calle con la tranquilidad con la que lo hacían tres días antes. Se trata de los niños y niñas, los más pequeños de la casa. La gran pasión de Silvia.
"Fue estando en estas zonas cuando escuchaba a las familias que decían que sus hijos pequeños estaban en casa sin entender nada. Mi prima también me que preguntaba que por qué me tenía que ir tanto y por qué no podía estar con ella. Nos estamos volcando en limpiar y sacar todo y nos estamos olvidando que hay una parte de la población que no entiende que se vayan todo el día y que no son conscientes de lo que pasa de verdad, solo ven que sus familiares se van a las 8 de la mañana y hasta que no se va el sol no vuelven y es bastante fuerte", cuenta Pérez.
También vio que se había habilitado un centro donde hacían actividades con los niños, pero el sábado se dio cuenta que para muchas familias tampoco era la solución. "Vi que en el centro hacían actividades de tiempo libre, pero había varios problemas. Uno era que muchos se habían quedado sin coche y que llevarlos era complicado porque el autobús ha pasado de ser un trayecto de 15 minutos a más de una hora. Entonces no todos iban a perder dos horas diarias en ir y venir".
Desde entonces estuvo dándole vueltas a la cabeza sobre cómo podía ayudar a estas familias hasta que dio con la tecla el domingo. Como de momento está en bolsa y sin un puesto de trabajo pensó en ofrecer su casa y sus servicios de forma altruista para ayudar durante el día a aquellas familias que se vean agobiadas por la situación de sus pequeños.
Tras darle vueltas a la cabeza, este martes compartió en sus redes sociales una publicación en la informaba de su idea: "Me llamo Silvia y soy maestra de Educación Infantil y Primaria. Viendo las dificultades que están teniendo los colegios para volver a la normalidad, ofrezco mi casa para acompañar a los más peques en estos momentos complicados. Me comprometo a recoger a quienes lo necesiten de las zonas afectadas y, así, permitir a sus familiares el espacio que necesitan para recomponerse, ayudar, descansar, trabajar y un largo etc tan necesario para la salud mental de las familias. Soy madre y sé que si no estamos bien, no podemos darles la paz y la tranquilidad que necesitan".
Pérez, que se describe como una persona "muy sensible", tiene clara la premisa de que se puede perder todo lo que hace al ser humano un ser con sentimientos: "Es lo que nos ha hecho salir en masa en Valencia a ayudar. Quiero a la infancia y apuesto por ellos siempre, me considero un niña grande y tenía que intentar echar una mano".
"Simplemente con que esté ahí la opción y alguien la pueda utilizar ya estoy contenta. Lo propongo para familias que estén desbordadas y que les obliguen a irse a trabajar con la situación que hay y que cuando vuelven se encuentran con un niño desesperado. Solo quiero dar una vía de escape para que los niños puedan intentar desconectar y descansar y si cuando vuelven de estar conmigo se han regulado, pues mejor", describe.
Además, y como tiene una hija de cuatro años, tiene su casa que parece una "ludoteca", como ella misma dice entre risas. Cuenta con multitud de juguetes, libros y juegos de mesa, pero también con una terraza grande donde tiene una colchoneta, una espaldera o un tobogán. "Cuando nació mi hija, que tiene cuatro años, la adaptamos y es que de verdad parece una ludoteca", comenta mientras se ríe, añadiendo que cuenta con un coche grande y su hermano con una furgoneta.
El problema de la desconfianza
En las horas en las que lleva publicado el anuncio una familia contactó con ella para ver si podría contar con ella el viernes para cuidar de sus dos hijos pequeños. Sin embargo, al final la madre consiguió en su permiso en el trabajo y que ya no era necesario.
Pérez cree que sobre todo el primer problema que pueden ver las familias en su idea es el de la desconfianza que da dejar a tus hijos con una persona desconocida de otro pueblo.
"Soy madre y sé que no le dejaría mi hija a cualquiera para que se la llevara a otro pueblo. Entiendo esa desconfianza, pero todos hemos pasado por eso porque les dejas a tus hijos en el colegio con personas que no conoces o cuando se suben a un autobús, te fías del conductor, pero a mí no me apoya ningún organismo y entiendo esa duda", reconoce. Para ello, en su anuncio ya avisa que enviaría por correo electrónico el certificado de los delito sexuales por correo.
También encuentra otro problema en la falta de comunicación que está habiendo estos días. "Sé que mucha gente de la zona no va a mirar las redes sociales para enterarse y es difícil llegar", indica. Ahí es cuando da la gracias a la actriz valenciana Ana Jara Martínez y a la exgimnasta rítmica Elena López Benaches entre otras personas que han compartido su iniciativa.
La docente aclara que va a estar disponible cualquier día, "aunque no sea ahora mismo". Es consciente que hay colegios que han quedado dañados y que la reapertura no va a ser fácil porque se ha perdido todo, han acabado inundados y hasta los profesores están teniendo problemas en llegar hasta ellos.
"Si en algún momento me necesitan que sepan que aquí estoy porque siempre digo que quiero ser para ellos la persona que habría querido tener al lado cuando era pequeña", concluye Pérez, confesando que estas últimas palabras son el lema de su vida.