Sale a correr con su perro y se pierde un mes por el bosque: sobrevive gracias a una seta gigante y guaridas de osos

Sale a correr con su perro y se pierde un mes por el bosque: sobrevive gracias a una seta gigante y guaridas de osos

"No me estaba yendo muy bien", reconoce en medio del relato.

Imagen de archivo de una persona corriendo por el bosque con un perro.Zivica Kerkez via Getty Images

Un hombre que salió a correr en lo que, a priori, sería una dura travesía de 32 kilómetros a lo largo de uno de los enormes parques nacionales de EEUU, pero disfrutando de las agradables temperaturas de agosto, acabó por convertirse en toda una historia de supervivencia extrema de esas que darían para una película de tarde en la televisión. Con desenlace en septiembre, un mes después.

Es la historia de Robert Schock y su perro, Freddy, que él mismo ha relatado a la revista estadounidense People. Con su mascota salió a correr por el Parque Nacional North Cascades (Washington, EEUU) con el objetivo de completar esas 20 millas. Pero a este hombre de 39 años se le alargó el viaje. Pasó 30 días en ese bosque y casi no lo cuenta.

"Soy un ultrarunner", se justificó ante People, explicando por qué se adentró en un parque nacional con una indumentaria básica de corredor, es decir, pantalones cortos, ropa ligerita y una mochila con útiles, entre los que se encontraba incluso el cuenco para darle de beber a Freddy: "No soy un excursionista. No me pongo mochilas ni hago viajes de varios días. No sé pescar. Quiero terminar una ruta lo más rápido posible y volver a casa".

Schock creía que conocía bien la zona del parque nacional, pero el recuerdo que guardaba de anteriores caminatas y salidas había sido distorsionado por un enemigo voraz de los grandes bosques estadounidenses -en realidad, de todo el mundo-: los incendios forestales. Habían calcinado también el mapa mental que había ido atesorando en la memoria. Hay que reconocer que tuvo tiempo para dudar, pero se adentró igualmente en los senderos quemados que una vez conoció. Sí, acabó perdidísimo.

Comenzó a pensar que tenía un grave problema al segundo día. Sobre todo cuando el móvil se quedó sin batería. Y ahí empezó una suerte de spin-off de una versión exprés de Hacia rutas salvajes. Su método de supervivencia consistió, en líneas generales, en refugiarse del frío y guarecerse de animales salvajes... en cuevas donde habían habitado animales salvajes. Las cuevas de osos -sin osos, lógicamente- fueron su salvación.

"Allí desnudo, supe que no sobreviviría"

Cuenta Schock que en esas cuevas halló la comida que le salvaría la vida. Si creen que buscar refugio en cuevas de osos era una medida desesperada, el hombre se topó con un gran hongo, una seta considerable que desconocía totalmente. Y probó suerte, a pesar de que todos los expertos desaconsejarían algo así: "Me lo comí todo el día y sabía como un hongo normal que se comería en una pizza o algo así".

Con todo, sabía perfectamente que su situación era maltrecha y pendía de un hilo. Lo define con una frase que no deja lugar a mucha duda: "Me senté allí desnudo y supe que no sobreviviría esa noche". Pero no se rindió, a pesar de que en dos ocasiones llegó a ver el helicóptero que podría haberle salvado. Pero gritó en vano. "No me estaba yendo muy bien", recuerda, para llegar a la noche del 30 de agosto de 2024. 

"Me senté allí desnudo y supe que no sobreviviría a la noche", rememora el estadounidense, asegurando que por el dolor intestinal que padecía tenía claro que ya estaba "al borde de la muerte". Entonces, utilizó el último recurso que le quedaba, lo que cualquiera hubiera tratado de repetir aún a sabiendas que no parecía ser una estrategia con muchas posibilidades de triunfo. "Así que pensé: 'Voy a gritar por última vez'". Y vaya si gritó.

De todas las veces que había hecho algo parecido, esa vez el azar quiso que los integrantes de la Asociación de Senderos del Noroeste del Pacífico casualmente pasasen por la zona de regreso al campamento base, tras una jornada, precisamente, adecuando los caminos y senderos del parque nacional. 

Escucharon el grito y en una horas Schock  estaba volando en helicóptero de camino al hospital, con su familia y un menú único de suero por vía intravenosa durante tres días. Nada de setas. Estuvo ingresado un mes hasta que pudo volver a su domicilio y aseguró que de momento no tiene pensando volver a ese parque. Eso sí, si lo hace podrá regresar con su perro Freddy, quien también fue rescatado y esperemos que recuerde el camino de vuelta mejor que su dueño.