¿A qué edad puede quedarse un niño solo en casa? Esto es lo que dice la ley

Quedarse solo en casa hace de las delicias de cualquier niño. Toda la vivienda entera para él, para que pueda moverse a su antojo, sin la preocupación de que la madre venga con la zapatilla detrás para echarle la bronca. Para los padres, esas horas de descanso sin, con todo el cariño, la pesada carga del hijo, para poder avanzar en ese proyecto atascado o, simplemente, para tomarse un alivio, sientan de maravilla. 

No obstante, antes de que el pequeño de la casa se sienta como Macaulay Culkin en la saga de 'Solo en Casa', es necesario  atender a la ley, porque sí que existen artículo legal en relación a los menores que se quedan solos en el domicilio familiar.

¿Qué dice la ley sobre la edad para que un niño se quede solo en casa?

Tomando como referencia la propia legislación española, no existe ninguna ley que marque el límite mínimo de edad para que un hijo pueda quedarse solo en casa, pero sí que el Código Civil hace su aportación al respecto. 

Tal y como recoge el artículo 172 de este código, la entidad pública de un determinado territorio "está encomendada a la protección de los menores" y, desde el momento en que se tenga pruebas fehacientes de que el menor se encuentra en situación de desamparo, "tiene por ministerio de ley la tutela del mismo y deberá aportar las medidas de protección necesarias para su guarda, poniéndolo en conocimiento del Ministerio Fiscal". 

Así, siguiendo lo argumentado en el Código Civil, se pone freno a este tipo de circunstancias siempre que se constate que el menor está sin la protección de un adulto, totalmente desamparado. 

Consecuencias de dejar a un hijo solo en casa desamparado

De constatar esta situación de desamparo, la ley determina que el adulto a su cargo puede perder la potestad del menor. Sumado a ello, si estas circunstancias se retiran de forma prolongada en el tiempo, el progenitor o tutor al cargo se puede someter a  una investigación que esclarezcan las causas. 

En caso de que se constate una infracción en relación a estos términos, la pena está calculada entre uno y dos años de cárcel. 

Así, para evitar todas estas trabas, lo más recomendable es que el menor permanezca en el domicilio siempre en la compañía de un adulto hasta los 9 o 12 años, aunque todo depende de la autonomía de este pequeño y de las circunstancias personales, laborales e incluso económicas que rodeen al núcleo familiar.