¿Pueden producirse réplicas tras el terremoto de Lisboa que se ha sentido en 9 CC.AA. de España? Un sismólogo responde
Los mayores efectos del terremoto de Portugal se han notado en Huelva, en la zona más próxima a la frontera lusa
Un total de nueve comunidades autónomas han sentido el terremoto de magnitud 5,3 en la escala de Richter que se ha registrado este lunes en el Atlántico al sur de Lisboa (Portugal), según ha informado el Instituto Geográfico Nacional (IGN) en su página web. En concreto, estas han sido Galicia, Asturias, País Vasco, Navarra, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid, Extremadura y Andalucía.
Los mayores efectos del terremoto de Portugal se han notado en Huelva, en la zona más próxima a la frontera lusa. En concreto, la playa de la isla de la Canela en Ayamonte y Cortegana (Hueva) han sido las localidades que han registrado una mayor intensidad: IV en una escala de X. Según el IGN, en grado IV el terremoto es sentido dentro de los edificios por muchos y sólo por muy pocos en el exterior. Si bien despierta a algunas personas, el nivel de vibración no asusta.
El terremoto se ha producido en una zona en la que estos incidentes son "normales" y si bien se esperan réplicas, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha enviado un mensaje de información diciendo que no se prevé que haya tsunamis, según han explicado en declaraciones a Europa Press el sismólogo del IGN, Carlos González, y el geólogo de emergencias del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), Raúl Pérez López.
Así, el sismólogo del IGN ha señalado que el terremoto, que ha tenido una magnitus de 5,3 en la escala de Richter, ha tenido lugar en una zona que "está llena de fallas" y es "tectónicamente compleja", por lo que es "normal" que se den terremotos allí. Según ha desarrollado, lo normal ante terremotos de esta magnitud es que haya réplicas, aunque al haberse producido en el mar, si son muy pequeñas será difícil registrarlas.
A su vez, ha recordado que si bien el terremoto de Lorca (Murcia) en 2011 tuvo una magnitud similar --de 5,1-- y causó nueve fallecidos y grandes destrozos materiales, éste se originó a dos kilómetros (km) de profundidad y cerca de un núcleo de población, mientras que el de Lisboa ha estado a 20 y 30 km respectivamente.
En líneas generales, ha señalado que "no suele haber tanto daño con un (terremoto) de 5 y pico", excepto que se trate de un país "muy pobre" con infraestructuras "malas", ya que "lo que más daño hace son los edificios cayéndose". En este sentido, ha recordado el "desastre terrible" que supusieron los terremotos de 7,3 en Haití de 2010 y de 7,2 en Nepal en 2015, cuando en Japón un terremoto de magnitud similar tiene un impacto mucho menor.
"Tectónicamente compleja"
Por su parte, el geólogo del IGME ha recordado en declaraciones a Europa Press el terremoto de Lisboa de 1755, que se produjo "un poco más abajo" del área del de hoy y que dejó 61 muertos (a los que hay que sumar 1214 por el tsunami posterior). Sobre el incidente de hoy, el experto ha insistido en evitar "comparaciones con patrones" que uno no controla. De esta manera, ha explicado que un terremoto de 6,5 tiene una fuerza equivalente a la bomba de Hiroshima, por lo que el de Lisboa, de 5,3, ha tenido una fuerza 32 veces menor.
"El problema es que, ¿sabemos a qué equivale la cantidad de energía liberada por una bomba atómica? (...) No es lo mismo que tirar en un punto una bomba que mide 15 o 30 metros (m), que desplazar cuatro kilómetros de largo por cuatro de profundo, que es realmente lo que consiste un terremoto", ha explicado.
Ayudan a mejorar la prevención
Por otra parte, el geólogo de emergencias ha reconocido que España tiene planes de emergencia "muy buenos", pero que en este tipo de situaciones uno nunca está "lo suficientemente preparado". Así, ha recordado que el país estaba "muy preparado" para las erupciones volcánicas cuando se produjo la erupción de La Palma y ha incidido en que en lo que se refiere a emergencia es "imposible" tener una prevención total porque dependen de muchos factores. En este sentido, ha puesto en valor los planes de emergencia y ha recordado que científicos, militares y personal de emergencias están "permanentemente en contacto" y trabajando juntos para simulacros.
A su vez, Pérez ha reconocido que terremotos como el de hoy les vienen "muy bien" porque no son destructivos ni afectan a la gente porque los datos recogidos les permiten calibrar y afinar modelos y pensar en qué zonas se podrían sentir intensidades destructivas o que pudiesen dar una alarma social importante. "Si yo tengo un terremoto de 5.3 que he sentido débilmente y yo sé que cada vez que subo un punto la escala de magnitudes se multiplica por 30 y pico, pues, ¿qué pasaría si tengo un terremoto de 6.5? (...) Y con eso, los que trabajamos en sismología, creamos escenarios que son los que utilizamos como para colaboraciones con la Unidad Militar de Emergencia y con la Dirección General de Protección Civil para hacer los simulacros", ha detallado.