Uno de los primeros millonarios españoles fue catalán y su poder llegó hasta el Imperio Romano
Su riqueza se basó en el comercio del vino
Los millonarios a lo largo de la historia en España han dejado una huella perdurable, y uno de los primeros en alcanzar notoriedad se remonta a la época del Imperio Romano, un senador romano llamado Lucio Licinio Sura, originario de la antigua Tarraco (Tarragona). Al igual que muchos residentes de la región, su riqueza se basó en el comercio del vino, convirtiéndose en un próspero empresario que eventualmente lo llevó a la majestuosa Roma.
¿Quién fue Lucio Licinio Sura?
A principios del siglo I, tras la fundación de Barcino, Lucio Licinio Sura vio una oportunidad en la producción de uva en la zona que se extiende desde el Maresme hasta el Garraf y parte del Vallès, conocida como la antigua Layetania.
Su influencia creció de manera constante en Roma, y su fama se extendió por todo el imperio. Sin embargo, la vida de un hombre tan rico y célebre rara vez es común. Algunos registros lo sitúan como senador romano, mientras que otros lo consideran un influyente líder entre senadores provinciales de origen hispano y narbonense, aunque él mismo no fuera miembro del Senado.
Lo que es innegable es su impacto en la política romana. Gracias a su influencia, el emperador Marcus Ulpius Traianus ascendió al trono imperial, con Lucio Licinio Sura convirtiéndose en su mano derecha y siendo nombrado cónsul en Germania inferior. Durante su mandato, participó en la guerra Dácica junto a Trajano, saliendo victoriosos y consolidando su posición de poder.
La influencia política de Licinio
Lucio Licinio Sura continuó respaldando a líderes como Adriano para suceder a Trajano en el cargo imperial. Su relevancia era tal que se especula con la posibilidad de que su imagen esté inmortalizada en las columnas trajanas que conmemoran la victoria sobre los dacios, junto a otros leales partidarios del emperador, ya que siempre fue un hombre comprometido con el poder.
Su nombre también quedó grabado en un monumento erigido en honor a Julio César en la vía augusta tarraconense, el Arco de Barà, aunque la historia ha dejado divergencias sobre si él mismo ordenó su construcción o si fue un antepasado suyo. Además, existe una leyenda que afirma que Llicà del Vallès recibió su nombre después de que se descubriera que Lucio Licinio Sura poseía una villa allí.