Planazo gratis en Barcelona: el mítico mercadillo para fans del coleccionismo donde se esconde el cromo de tu infancia
Uno de los mercados municipales más grandes de la ciudad.
El Mercat de Sant Antoni, uno de los mercados más antiguos y emblemáticos de Barcelona, sigue siendo un santuario para los amantes del coleccionismo. Cada domingo, sus puestos al aire libre se convierten en un oasis nostálgico para aquellos que buscan ese cromo, cómic o videojuego que marcó su niñez. Además de los coleccionistas de lo retro, los amantes de los libros también encuentran en este mercadillo un auténtico paraíso.
Después de casi una década de obras, este mítico mercadillo de la ciudad condal vuelve a situarse en el edificio de Rovira i Trias. Con una superficie comercial de 15.000 metros cuadrados y una arquitectura de hierro que impacta a cualquiera que pasea a sus pies, este lugar no es un solo mercado, sino tres: el alimenticio, los Encants y el Dominical. El último de ellos se ha convertido en un punto de encuentro para aficionados de todo el mundo.
Aquí, entre los puestos llenos de álbumes, revistas, libros y videojuegos retro, se esconde también la posibilidad de encontrar ese cromo que nunca pudiste conseguir o esa edición limitada de tu saga de cómics favorita. Además, con el tiempo este se ha convertido también en un lugar de encuentro entre los coleccionistas que más allá de comprar nuevos productos, se reúnen también para intercambiar cromos, postales, monedas u otras colecciones.
Un mercadillo con encanto
El Mercat de Sant Antoni, que data del siglo XIX y recientemente ha sido renovado para devolverle su esplendor original, es una parada obligatoria para locales y turistas. Aunque más allá de ser un paraíso para los que mantienen viva la tradición del coleccionismo, este lugar también cuenta con otras zonas populares. Sin ir más lejos, el mercado alimentario fue el primero en nacer en Barcelona fuera de los muros, allá por el año 1872, y hoy es uno de los más frecuentados.
Hoy en día ofrece una de las ofertas alimentarias más ricas y diversas de toda la ciudad condal, y se consolida como uno de los mercados municipales más grandes de la región. Por otro lado, los Encants de Sant Antoni es otra de las joyas más particulares de este mercado. Su origen se remonta a 1882, cuando los comerciantes del textil del Paral-lel y otros productos no relacionados con la alimentación empezaron a vender en las afueras del mercado aprovechando la cantidad de clientes que acudían al mismo.
Esta incorporación terminó por complementar al propio mercado, tanto que con el paso del tiempo se creó lo que es el mercado de los Encants de Sant Antoni. Allí podemos encontrar puestos de todo tipo, desde accesorios hasta ropa de todo el mundo, contando también con mercería y muchos otros productos del mundo textil. En conjunto, los tres mercados que conforman este lugar destacan por su capacidad de reunir a todo tipo de público.
A lo largo de los años, el Mercat de Sant Antoni ha sabido adaptarse a los cambios sin perder nunca su esencia histórica. De esta forma, se presenta como un testimonio vivo del pasado de Barcelona y un espacio en constante evolución que combina tradición y modernidad, comercio local y una oferta cultural rica y diversa. En cada visita sus clientes encuentran no solo productos nuevos, sino también recuerdos que los embriagan en un aire de nostalgia que los invita a quedarse.