Pagan 550 euros por 25 kilómetros en taxi y rompen a llorar en el aeropuerto
La desagradable experiencia de dos turistas italianas ha copado los periódicos de Croacia, donde ha tenido lugar el suceso. Lo más llamativo es que se trata de una práctica totalmente legal.
Dos turistas italianas que viajaron a Croacia con el objetivo de visitar y conocer el país eslavo, que cuenta con una vasta historia e interés cultural, y cuenta con un gran atractivo turístico para millones de personas, se volverán a su país con una sensación de lo más negativa, al menos en lo que respecta a sus taxistas.
La historia de estas dos chicas de origen italiano es una de tantas que pueden ocurrir en Croacia si se solicita un servicio de taxi. En esta ocasión, las dos turistas pidieron un taxi para recorrer una distancia de 25 km, entre la ciudad de Split y el aeropuerto de la misma ciudad.
El trayecto, que no duró más de media hora les costó la friolera de 550 euros. ¿Una estafa? Pues la realidad es que, aunque en la práctica y por sentido común, se trate de un timo, en Croacia legalmente está permitido, por lo que, lo más probable es que las dos chicas no reciban ningún tipo de compensación.
Su historia se hizo especialmente mediática, ya que ambas rompieron a llorar al llegar al aeropuerto y tras contar su historia a varias personas del aeropuerto, un medio local de la ciudad de Split decidió publicarlo en su web, al igual que varios medios nacionales, que se hicieron eco del testimonio de las italianas.
Una práctica totalmente legal en Croacia
Pero para su disgusto, no recibirán ningún tipo de recompensa, ya que en Croacia las tarifas de los viajes de taxi están liberalizadas, o lo que es lo mismo:los taxistas pueden establecer el precio que consideren por el servicio que sirvan.
De hecho, según apuntan los medios croatas, es una práctica bastante común que los propios taxistas modifiquen las tarifas de un momento a otro, por lo que la historia de estas dos turistas es mucho más común de lo que cualquiera pudiera pensar, con el matiz de que en esta ocasión se trata de un caso extremo.
Pero esta no es la única denuncia que han elevado turistas de toda Europa en sus visitas a Croacia, ya que durante este verano se han producido multitud de quejas por los desorbitados precios impuestos por los croatas a los visitantes en todo tipo de servicios: plazas de aparcamiento, bebidas, alimentos o servicios de playa.