Ovejas, cabras, conejos... Y hasta un burro y un ternero: así es el belén viviente de Laguna de Duero
Más de cien vecinos de esta localidad vallisoletana se ponen en la piel de las personas que vivían hace dos mil años en la ciudad de Belén.
Los belenes vivientes son una de las grandes tradiciones navideñas de muchos pueblos de nuestro país. El Niño Jesús, la Virgen María o San José son los personajes principales del portal, aunque tampoco faltan los Reyes Magos, Herodes o la poderosa estrella. Y uno de los lugares en los que cada Navidad se representa esta obra de teatro al aire libre es Laguna de Duero, en la provincia de Valladolid.
La historia de este belén viviente se remonta al año 1999, cuando un grupo de niños de catequesis acordaron hacer una pequeña representación en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. En 2004 se trasladaron al Centro Cívico el Cascajo y desde entonces son uno de los platos fuertes de la programación navideña de este municipio vallisoletano.
"El belén viviente es una prueba clara de la cultura de asociacionismo que ya tenemos enraizada en nuestra localidad", asegura Lucía Castro, concejala de Cultura y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Laguna de Duero. Además, subraya que durante toda su trayectoria "los laguneros han sabido responder a esta actividad y, de hecho, la demandan año tras año".
Tanto es así que durante los años de la pandemia, 2020 y 2021, no pudo llevarse a cabo el belén viviente y su ausencia fue muy notable en el municipio: "Es algo que siempre se demanda y que ya es una tradición, y cuando no lo ha habido lo hemos echado en falta", explica Castro.
Más de 120 vecinos comprometidos
En sus 23 años de historia el crecimiento ha sido exponencial. De hecho, con el paso del tiempo se han podido ir mejorando el decorado, el vestuario y el texto de la representación. La visita es totalmente gratuita y al finalizar la representación se abren al público los decorados para que todos los visitantes puedan ver de cerca todos los rincones, además de poder adquirir productos de artesanía, rosquillas o churros.
Patos, gallinas, gansos, conejos, palomas, tortugas, ovejas, cabras, perros... Y hasta un burro y un ternero. A este belén viviente no le falta detalle. "Tenemos casi un zoo, pequeño pero un zoo", cuenta orgulloso Antolín Fernández, presidente de la Asociación Aceña, encargada de organizar esta actividad.
"Ahora mismo hay unos 120 socios que pagan cuota anual y otros cien simpatizantes que pueden participar en las representaciones", explica Fernández. Aunque asegura que la puerta está abierta para todo el que quiera participar: "Siempre invitamos a todo el mundo a que venga porque aquí cabemos todos". No hay que cumplir ningún requisito específico, solamente "hay que tener ganas y dar el paso de apuntarse".
Así que poner en marcha esta actividad con tantos actores no es una tarea sencilla. "Hay que poner en valor que el belén viviente no solamente es la representación que vemos los días señalados, sino que hay un trabajo previo y posterior que hay destacar", alaba la concejala de Cultura.
Por eso, y para facilitar la organización, la primera reunión se celebra siempre el primer domingo después del Día de Todos los Santos: "Ese día se reparten los papeles y empieza el montaje de los decorados", justifica Fernández. Y una vez que cada uno de los actores tiene claro qué función debe desempeñar durante la representación es cuando comienzan los preparativos. "Ensayamos todos los domingos por la tarde hasta que llega Navidad", confirma. De este modo, nada queda a la improvisación y cada paso está medido para que los días que toca actuar todo salga perfecto.
Además, son los propios participantes del belén viviente los que se encargan del montaje de todo el decorado. Dedican todos los fines de semana, desde primera hora de la mañana, para poder tenerlo listo el 25 de diciembre. Aunque no todo es trabajar, ya que Fernández confiesa que entre una cosa y otra hay tiempo para darse un buen homenaje con el almuerzo.
Vestuario hecho a mano
Ángeles de la Cal es la modista que se encarga del vestuario de este belén viviente. Tiene 77 años y lleva casi 20 confeccionando todos los trajes que se utilizan para la representación. Le encomendaron esta tarea por su amplia experiencia: "Me eligieron porque era la única que estaba haciendo este tipo de trajes", admite.
Pero De la Cal no solo es la modista que ha confeccionado la ropa que visten los Reyes Magos de Laguna de Duero cada 5 de enero, sino que también se ha encargado de crear la de otros pueblos de alrededor. Se encarga de todo el proceso "sin ayuda de nadie", pero como está jubilada desde hace más de 10 años no le importa dedicar todo su tiempo a esta labor.
"Solemos ir buscando las telas más humildes y baratas para que se parezcan lo máximo posible a las de aquella época y cuando ya las tengo, cojo las medidas a cada persona y me pongo manos a la obra", explica. De hecho, cuenta que suele tardar "unas cinco horas en hacer los trajes más básicos", que se conforman de una túnica que cubre hasta los pies y un manto para la cabeza, tanto para hombres como para mujeres. También le lleva menos tiempo el vestuario de los pastores, a los que solo hay que añadirles un zurrón que les indentifica como tal.
Aunque cuando se trata de otros más elaborados como los de Sus Majestades de Oriente la cosa cambia: "Tardo por lo menos de 6 a 8 días y dependiendo de si se me ha acumulado más trabajo". Son los más llamativos de toda la representación, pues cuentan con una túnica y una capa muy adornadas, con elementos dorados, terciopelo, y todo tipo de detalles que los hagan parecer lujosos.
Pero especifica que su trabajo no solo es confeccionar trajes de cero, sino que también tiene que ir arreglándolos cada año. "Los niños crecen, como mínimo, 5 centímetros de un año para otro, así que todos los años tengo que volver a coger medidas para ir bajando o subiendo los bajos", aclara. Y se encarga también de las cortinas de los decorados, así como de los delantales de las rosquilleras.
Las representaciones del belén viviente de Laguna de Duero tendrán lugar estas navidades los días 25 y 29 de diciembre a las 19:00 horas, el 30 de diciembre a las 13:00 y a las 19:00 horas, y el 6 de enero a las 18:45 horas.