La osteoporosis aumenta en mujeres mayores de 50 años: qué hacer para prevenirla

Las enfermedades óseas pueden llegar a suponer un problema mucho más grave del que cualquiera podría pensar. Una de ellas, la más extendida entre personas de mediana y avanzada edad, afecta a más del 22% de las mujeres y casi al 7% de los hombres de más de 50 años.

Se trata de la osteoporosis, conocida como una de esas enfermedades silenciosas que condiciona la vida de las personas que lo sufren. Su forma más común de manifestarse es mediante caídas, que precisamente es un síntoma de que los huesos están más débiles de lo normal.

Desde siempre se la ha relacionado con la falta de calcio, por lo que se antoja imprescindible su consumo para minimizar el riesgo de padecer este tipo de enfermedades. Pero este no es el único factor que influye a la hora de sufrir osteoporosis.

El consumo de vitamina D se antoja también fundamental para fijar de manera correcta los huesos. Esta se puede obtener no solo mediante alimentos, sino también tomando el sol, algo que se recomienda hacer al menos diez minutos al día.

Qué hacer para prevenirla

Se podría decir que una buena alimentación y el ejercicio físico diario son los principales aliados para evitar o retrasar su aparición. Entre los alimentos que más se recomiendan consumir estarían los lácteos, las verduras crucíferas (col, brócoli, coliflor...) y frutos secos como las almendras.

El ejercicio físico se antoja fundamental, por lo que se recomienda invertir mínimo media hora al día en actividades como correr, jugar a tenis, levantar pesas, montar en bicicleta o nadar. Los ejercicios de resistencia son los que más fortalecen los huesos, ya que se basa en sostener la carga del propio peso.

Estas recomendaciones no son milagrosas, por lo que, en caso de que la osteoporosis ya se haya manifestado, lo más recomendable es acudir al médico y que él sea quien recomiende las actividades más adecuadas.

Principales riesgos de sufrir osteoporosis

Aunque los dos factores explicados anteriormente pueden evitar su aparición, hay que ser consciente de que los malos hábitos pueden acelerarla: principalmente el abuso de alcohol y tabaco.

Junto a esto, un consumo muy prolongado en el tiempo de corticoides como la cortisona, dexametasona o similares, pueden resultar determinantes en la aparición de dolencias óseas.