Un niño de 15 años a los mandos del avión: las cajas negras desvelan la insólita negligencia en una tragedia con 75 muertos
No esperaban que el 'viaje familiar' terminase de esta forma. A 260 km/h contra una montaña.
En el trágico listado de accidentes mortales de la historia de la aviación hay casos de todo tipo. Fallos técnicos, errores humanos cometidos por parte del piloto, pero, ¿han oído hablar de que un avión comercial se estrellase por estar a sus mandos un joven de 15 años?
Precisamente, esto es lo que relata el medio galo Ouest-France recordando lo sucedido el 23 de marzo de 1994, cuando un Airbus A310 acabó estrellándose a 260 kilómetros por hora (km/h) contra una montaña siberiana, cobrándose la vida de 75 pasajeros y miembros de la tripulación del vuelo 593 de Aeroflot. Una caída libre a la muerte de 10.000 metros en tan sólo cuatro minutos.
¿Aeroflot? Se trata de la histórica aerolínea rusa. En este caso, el avión comercial realizaba el trayecto Moscú-Hong Kong, pero acabó sufriendo el accidente a 4.000 kilómetros de la capital rusa, impactando cerca de las 1.30 horas de la madrugada cerca de la ciudad de Mezhduretchensk. La zona era tan inhóspita, que los servicios de emergencia tardaron dos horas y media en llegar. Ni un solo superviviente. Solo restos de fuselaje, fuego y humo.
¿Qué dicen las cajas negras del vuelo 593 de Aeroflot?
Tal y como se recoge en el mencionado reportaje, el siniestro causó tanto impacto como misterio cuando trascendió a los titulares de la época. El motivo es que, aparentemente, no se lograba entender cómo pudo tener lugar un accidente así. Ocurrió con buenas condiciones meteorológicas y con un piloto y un copiloto de amplias experiencias.
Los oficiales de vuelo eran Andrei Viktorovich Danilov, de 40 años, sumaba más de 9.500 horas de vuelo; así como su copiloto, Igor Vassilievitch Piskariov, de 33 años, quien había acumulado 6.000 horas. Pero las cajas negras acabaron revelando que los culpables habían sido ellos, tras una decisión que antes era relativamente común, pero muy arriesgada.
En las grabaciones se escucha a más personas en el interior de la cabina. Se tratan de los hijos de Igor Vasilievich Piskariov. En un inicio le propone a la pequeña Iana, de 12 años, sentarse en el asiento delantero izquierdo del piloto. El verdadero problema llega cuando lo hace, en el mismo sitio, con Eldar, su hijo de 15 años.
Una luz en la que nadie reparó
Aunque el copiloto estaba en su debido asiento, nadie debió de percatarse que el adolescente hizo presión desactivando sin querer el piloto automático del avión. Esta cuestión se sumó a que también cambió la posición de los alerones, sumado a la desactivación parcial del piloto automático, un cóctel fatal. Sin alarma alguna, nadie debió reparar tampoco en una luz encendida, antes de que la aeronave comenzase a virar a la derecha.
Ya con el avión con una inclinación de 45º, en pérdida de altitud, todo se complica aún más. "Eldar, levántate… Bájate Eldar, ¿ves el peligro?", grita a su hijo, para que salga del asiento. Imposible, la fuerza centrífuga que ejerce el avión durante la caída impide que pueda levantarse. El copiloto trató de devolverlo a su eje e intentaron enderezar el avión tirando de la palanca, pero ese último movimiento fue fatal. Al estar parte de las funciones del piloto automático activadas, acabó recibiendo demasiadas órdenes contradictorias.