Muere una mujer por descompensación en un vuelo desde Barcelona: qué es y cómo evitarlo
El caso de una argentina de 46 años, que se creía que sufría un ataque de pánico, obliga a hacerse preguntas y tomar precauciones antes de viajar.
Una mujer argentina, de 46 años, ha muerto en pleno vuelo entre Barcelona y la ciudad argentina de Ezeiza, según ha informado el diario Clarín. Los hechos tuvieron lugar el pasado viernes, cuando la señora volaba con su hija y sufrió una descompensación durante el trayecto.
En un principio, se pensó que estaba sufriendo un cuadro de pánico a falta de dos horas para aterrizar, pero rápidamente los tripulantes del IB2601, de la aerolínea Level, iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
El vuelo aterrizó a las 10.15 horas (cinco horas más en Madrid), pero al llegar a Buenos Aires se constató que no se podía hacer nada por salvar su vida. Las fuentes citadas por el medio señalaron que el comandante de la aeronave avisó a la Torre de Control de Ezeiza, unos 40 minutos antes de aterrizar, que venían con un óbito (persona fallecida) y se activaron los protocolos previstos para estos casos una vez llegara a tierra.
El primer informe indica que podría tratarse de un tromboembolismo pulmonar, ocasionado por un coágulo de sangre en los pulmones, aunque las autoridades locales instan a conocer el resultado de las pruebas practicadas para confirmar la causa de la muerte.
Este caso ha multiplicado las preguntas sobre qué es una descompensación en un vuelo, un supuesto factible pero tampoco muy común. Pongamos, primero, el contexto: un avión comercial suele ir a una altitud que va de 1.800 a 3.000 metros y, en estas condiciones, la saturación de oxígeno está al límite de la normalidad, lo que supone una presión arterial de oxígeno de 60 a 65 mmHg para un individuo sano, que sólo debe respirar un poco más profundamente para estar cómodo.
Sin embargo, las personas enfermas que cuentan con una limitada capacidad de transporte de oxígeno en su organismo pueden experimentar una baja de su presión arterial de oxígeno y llegar a un nivel muy inferior al límite aceptable que es 60 mmHg cuando viajan en esas condiciones, un extremo del que aún no se ha informado en el caso de la mujer muerta en Argentina.
Las condiciones de hipoxia o falta de oxígeno que se dan en el interior de los aviones pueden favorecer el desarrollo de complicaciones en algunas personas. Así, las personas enfermas de corazón, de pulmones o con anemias importantes, pueden llegar a tener durante el vuelo lo que se llama un "estrés biológico aumentado", arritmias, angina de pecho, descompensación de una insuficiencia cardiaca y dificultad respiratoria, entre otros síntomas.
Además, en viajes largos, quienes tienen mala oxigenación pueden experimentar algún grado de agitación, inquietud y hasta desorientación.
Con la reducción de la presión (o descompresión) que se produce en altura, el gas se expande, por lo tanto, las cámaras gaseosas del cuerpo se inflan y buscan expulsar su contenido al exterior por los conductos correspondientes. Por lo tanto, si alguno de ellos se encuentra tapado, la presión interna aumenta, lo que puede provocar una serie de complicaciones, explica el médico broncopulmonar Rodrigo Soto en la web de la Clínica Alemana de Chile.
"Es por esto, que los individuos resfriados que tienen obstruidas las trompas de Eustaquio (los tubos que van desde la parte de atrás de la garganta hasta el oído medio) pueden sufrir fuertes dolores de oídos mientras vuelan, incluso, es posible que lleguen a tener una hemorragia del oído medio. Volar también puede resultar una experiencia dolorosa para quienes tienen abscesos dentarios, ya que por el cambio de presión es posible que los síntomas se exacerben. Por lo tanto, se recomienda que estas personas solucionen sus problemas antes de subirse a un avión", recomienda.
Por el mismo mecanismo, los pacientes con un neumoencéfalo mayor (esto es, acumulación de aire dentro de la cavidad craneal) pueden tener complicaciones en altura, ya que al viajar en avión ese neumoencéfalo se expande y comprime el cerebro. Sucede algo similar en las personas que tienen neumotórax, por eso a estos enfermos hay que trasladarlos con un drenaje funcionante. También puede tener una descompensación alguien que sufra una distensión intestinal por gases, problema que puede presentarse luego de una operación abdominal, ahonda la información.
¿Y qué se puede hacer?
Con el fin de evitar que cualquiera de estos síntomas aparezca y se desencadene una reacción seria durante el vuelo, el enfermo debe anticiparse y tomar las medidas preventivas. Hay algunos que, incluso, piden a sus doctores un informe para volar e informar al pasaje, lo que puede ser una buena idea de prevención.
Si hay dudas, antes de emprender un viaje se puede someter a la persona a diferentes exámenes que permiten prever cuál va a ser la presión de oxígeno en vuelo y cómo lo podría afectar. "Si se determina que su presión de oxígeno puede caer más de lo recomendable, se le autoriza volar, pero debe pedirle a la línea aérea que le provea un suplemento de oxígeno durante el vuelo", añade el doctor.
En caso de que la persona presente uno de estos casos cuando ya está arriba del avión, "se recomienda que informe inmediatamente a la tripulación para que el piloto realice las maniobras adecuadas, que pueden ir desde esperar a que la situación mejore a hacer una escala no programada para que el afectado reciba las atenciones correspondientes".
La mutua Egarsat añade además una lista de contraindicaciones que hay que tener en cuenta en caso de volar, por si acaso:
Contraindicaciones cardiovasculares
Angina inestable. Infarto de miocardio reciente (2-3 semanas). Insuficiencia cardíaca descompensada. Reciente intervención coronaria (15 a 30 días). Arritmias ventriculares no controladas.
Accidentes vasculares cerebrales (Ictus) recientes.
Contraindicaciones respiratorias
Enfermedad obstructiva crónica grave y descompensada. Pacientes con oxigenoterapia domiciliaria. Neumotórax reciente o no resuelto. Neumomediastino. Enfisema y enfermedad bullosa grave. Tuberculosis pulmonar activa. Embolismo pulmonar reciente. Asma bronquial grave mal controlada. Enfermedad descompresiva. Síndrome de sobrepresión pulmonar. Se desaconseja también el vuelo después de haber estado sometido a hiperpresión por buceo (hay que esperar como mínimo 12-24 horas desde la última inmersión).
Contraindicaciones otorrinolaringológicas
Procesos y/o infecciones que alteren la permeabilidad de la trompa de Eustaquio. Intervenciones recientes del oído medio y/o interno. Otitis o sinusitis en fase aguda.
Contraindicaciones oftálmicas
Desprendimientos de retina recientes (esperar un mínimo de tres semanas de la intervención, si se ha utilizado gas intraocular)
Contraindicaciones quirúrgicas
Cirugía abdominal en las dos últimas semanas, incluyendo las de tipo laparoscópico con insuflación de aire. Cirugía bariátrica reciente. Cirugía torácica reciente. Colocación de prótesis metálicas recientes.
Contraindicaciones obstétricas
Gestación simple de más de 36 semanas. Gestación múltiple a partir de la semana 32. Amenazas de aborto o parto prematuro. Recién nacidos menores de 48 horas.
Contraindicaciones en traumatismos
Traumatismos torácicos graves. Traumatismos abdominales. Traumatismos cráneo faciales y oculares. Hematoma extradural. Politraumatizados graves recientes.
Contraindicaciones psiquiátricas y neurológicas
Psicosis activa o descompensada. Crisis de agitación. Epilepsias no compensadas. Intoxicación por alcohol.
Contraindicaciones infecciosas
Enfermedades infecto-transmisibles activas.
Contraindicaciones hematológicas
Anemia falciforme sintomática. Síndromes que produzcan hipercoagulabilidad y enfermedad trombo embolica. Anemias severas con hemoglobina