Las mascarillas dejan de ser obligatorias, pero Sanidad pide "sentido común"
El Gobierno da por finalizada la crisis sanitaria en España y decreta el fin de la obligatoriedad de su uso en centros sanitarios y farmacias.
Se acabó. Después de 1.207 días. El paso final que restaba para que desapareciese la obligatoriedad de la mascarilla en los últimos espacios ya ha sido recorrido. España ha puesto fin este martes a la crisis sanitaria del coronavirus y cerrado un triste y duro capítulo de la historia.
En cuanto se haga efectiva la publicación de la modificación del real decreto en el Boletín Oficial del Estado (BOE), ya no habrá nada que obligue a llevar puesto el cubrebocas en centros sanitarios -hospitales y centros de salud-, centros sociosanitarios -residencias de mayores, por ejemplo- y farmacias. En realidad sí la habrá. Y el Gobierno lo ha dejado claro. El "sentido común".
"El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, de forma consensuada y con la ponencia de alertas a través de los expertos que componen la misma de cada una de las comunidades autónomas, consideraban que la Covid-19 ha sido controlada y aunque la enfermedad sigue presente, ya no supone una situación de crisis sanitaria", ha detallado el ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Miñones, que también ha recordado el papel de sus antecesores en la cartera -Salvador Illa y Carolina Darias-, ha explicado que se trata de una decisión fundamentada y apoyada en valoraciones de expertos y científicos, al tiempo que ha detallado los principales factores. Entre estos, "una tendencia decreciente" tanto en hospitalizaciones como en fallecimientos por covid, pero también la caída de la virulencia de la variante ómicron.
¿Seguirá siendo obligatorio en algún espacio?
Por otra parte, también se ha desvelado una incógnita que sobrevolaba el fin de la obligatoriedad de las mascarillas. Se venía especulando con que el cubrebocas sí se mantuviese como obligatorio en algunos espacios, aunque finalmente se ha optado por una serie de recomendaciones definidas, en las que pesa mucho la propia lógica y el sentido común.
En este sentido, Miñones ha señalado que todos los expertos apuntan a la necesidad de una "cultura de la responsabilidad" y que "la situación [respecto a dónde es recomendable llevar mascarilla o no] vuelve a ser la que teníamos antes del decreto de crisis", es decir, previa a la irrupción de la mascarilla.
¿Cuáles son esas recomendaciones? Fundamentalmente, la modificación del decreto se enfoca en "la especial vulnerabilidad de los centros sanitarios" y "la necesidad de reforzar el uso de la mascarilla en determinados contextos". Se abre una lista lógica y evidente, pero que es necesario destacar.
Se recomienda mantener el uso de mascarillas para los trabajadores en unidades de cuidados intensivos y en unidades con pacientes vulnerables; también en urgencias hospitalarias o de atención primaria, incluida la sala de espera; los centros residenciales de mayores y personas con discapacidad y personas sintomáticas cuando estén en espacios compartidos y profesionales que les atienden.
A ello hay que sumar otro de los espacios sobre el que estaban puestos todos los focos. En el caso de las residencias de mayores y personas con discapacidad, el acuerdo reclama desplegar "precauciones adicionales en el caso de aparición de síntomas en trabajadores, residentes o visitantes, para evitar brotes y cuidando el bienestar de los mayores, tanto físico como emocional".