Luz verde a la copia de China a la ciudad imposible de Arabia Saudí
El gobierno chino aspira a construir una megaciudad en pleno desierto capaz de acoger a 200 millones de personas.
En Junggar Basin, una enorme región desértica situada al noroeste de China, se está construyendo una ciudad imponente. El gobierno chino arrancó en 2018 uno de los proyectos de ingeniería más ambiciosos de la historia de la humanidad: construir una megaciudad en pleno desierto capaz de acoger a 200 millones de personas. Y, poco a poco, el sueño se va haciendo realidad.
Queda todavía mucho camino por recorrer, pero ya se están construyendo una serie de embalses y largos conductos acuíferos subterráneos que almacenen el agua del deshielo y las inundaciones para transportarlos hasta el lugar.
La inteligencia artificial ha sido, en esta operación, un factor clave puesto que su uso ha permitido aligerar los trabajos. La IA es capaz de guiar a los operarios en sus labores, lo que les convierte en trabajadores más eficaces y resolutivos. Los datos, ofrecidos por el medio hongkonés South China Morning Post (SCMP), son claros: el flujo de tráfico subterráneo con esta tecnología se ha duplicado, la velocidad media ha aumentado un 10% y la probabilidad de accidentes ha disminuido drásticamente. Una vez termine este proceso, la cuenca de Junggar habrá conseguido levantar la arquitectura 3D más grande del planeta.
Pero, ¿por qué se ha embarcado China en este megaproyecto? Según señala El Confidencial, esta nueva ciudad en el desierto parece haber salido de la libreta del polémico príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, que ya ha comenzado a construir un Hong Kong futurista en el desierto saudí.
China le ha copiado la idea, ya que en sus periodos más prósperos siempre ha tenido dos capitales. "Teniendo en cuenta el aumento del poderío político, económico y militar de China en los últimos años, ha llegado el momento de retomar esta tradición", señalan los medios chinos.
Pero no hay gran proyecto sin polémica. Xinjiang, la región en la que se localiza este enclave, es el hogar de numerosos grupos étnicos, como uigures, kazajos y mongoles, y limita con el Tíbet. China ha sido acusada de abusos generalizados de los derechos humanos por la represión que han sufrido estas minorías, y las tensiones con estos pueblos han sido una constante en estos últimos años.