Los tractores lanzallamas plantan cara a los pesticidas y herbicidas
Efectivamente, el viejo truco es fuego.
Puede parecer una locura, pero es todo lo contrario. Emplear fuego directamente sobre el campo de cultivo como una medida alternativa a los modernos pesticidas y herbicidas. Efectivamente, el viejo truco siempre ha sido el mismo, quemar y volver a empezar, pero acorde con la tecnología y capacidades de la época. Esto se traduce en ingenios como un tractor lanzallamas.
Se trata de una peculiar técnica de la que se ha hecho eco el portal especializado Infoagro, por la cuál si se aplica una llama enfocada minuciosamente y se aumenta la temperatura en la maleza, se desencadena una reacción de rotura celular acabando con las 'malas hierbas' o hierbajos no deseados sin comprometer el cultivo en sí.
Es decir, si se aplica la cantidad precisa de fuego en el lugar concreto, se logra el objetivo de los propios productos químicos, pero sin dañar la plantación. Generalmente, una de las condiciones es que dicha maleza ya cuenta con una altura de una o dos pulgadas de alto -un máximo de cerca de 5 centímetros-.
¿Qué beneficios trae?
En este sentido, esta técnica -que al fin y al cabo no es más que una estela de la milenaria tradición de la pirocultura agraria- cuenta con grandes ventajas frente al uso de productos fitosanitarios. La principal es que se destruyen hasta las raíces y eso corta de inmediato el crecimiento de hierbas no deseadas. También se puede realizar en un período de tiempo relativamente corto, según la extensión de la parcela, el tipo de cultivo y tierra o la experiencia del piloto del tractor lanzallamas.
En la otra cara de la moneda, lógicamente, se requiere de un conductor de tractor que sepa emplear esta técnica con garantías de seguridad tanto para él y para la maquinaria como del propio cultivo.