Los tataranietos de los descubridores de la pepita más grande destapan el lado oscuro de la fiebre del oro

Los tataranietos de los descubridores de la pepita más grande destapan el lado oscuro de la fiebre del oro

No han podido heredar nada.

Closeup of big gold nugget.Getty Images/iStockphoto

El 5 de febrero de 1869, los mineros John Deason y Richard Oates encontraron algo que cambió sus vidas para siempre mientras exploraban los yacimientos de oro de Victoria, Australia. Muy cerca de la superficie, hallaron la pepita más grande del mundo, a la que bautizaron con el nombre de 'Welcome Stranger'.

Con un peso de 72 kilos y una longitud de 61 centímetros, la pepita era tan grande que se rompió cuando Deason trató de sacarla con el pico. "Luego conseguí una palanca y saqué la pepita hacia la superficie", contó. Una vez en sus manos, la llevaron hasta la ciudad de Dunolly para que la pesaran en el London Chartered Bank. Dadas sus dimensiones, tuvo que dividirse en varios trozos, ya que era muy grande para las balanzas.

Los dos mineros, que migraron a Australia desde Inglaterra para trabajar en las minas, lograron vender el oro encontrado en Bulldog Gully por 10.000 libras esterlinas (unos 12.000 euros) e inmediatamente pasaron de ser humildes trabajadores a personas adineradas. Actualmente, su valor estimado sería de unos 2,5 millones de euros.

"Es una gran historia de dos hombres que se hicieron increíblemente ricos en un instante. En esos días, eso no pasaba", señala en la BBC John Tully, de la Goldfields Historical Society. "Hoy en día tenemos cosas como la lotería, con la que la gente se vuelve millonaria de la noche a la mañana, pero en ese entonces, no era así", añade.

La fiebre del oro sigue activa

Una réplica de la Welcome Stranger es exhibida actualmente en el Museo Dunolly. En 2019, los descendientes de Deason y Oates se reunieron en Cornualles con motivo del 150 aniversario del descubrimiento y sorprendieron a todos con las declaraciones sobre su situación actual.

"Cuando la gente escucha mi nombre siempre me pregunta dónde está el oro o si soy muy rica", reveló Suzie Deason, de 38 años, una de las descendientes de John Deason. "Desafortunadamente, no lo soy. Ni siquiera tengo alguna joya hecha de la pepita", aseguró.

Entre 1850 y 1860, Moliagul, ciudad donde apareció la pepita, fue epicentro de la fiebre del oro en Australia, que aún sigue viva. El hallazgo contribuyó al impulso económico de la zona, pero, a medida que la aparición de piedras preciosas cesó, los edificios fueron abandonados y los hoteles y grandes comercios cerraron.

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"La gente viaja aquí para probar suerte y pasa días y días intentando encontrarla. Todavía quedan algunas pepitas de oro de tamaño razonable, pero nada como Welcome Stranger", relató Suzie. "Lo llamamos fiebre del oro. Es una enfermedad, una adicción a buscar oro", concluyó.