Los científicos asombran al mundo al combinar los mapas de las batallas napoleónicas en España
Atención a esta oportunidad para estudiar cartografía.
Observar la evolución de las estructuras y paisajes en Europa entre los siglos XVIII-XIX y el presente es ahora posible gracias a Arcanum Maps, un portal que ofrece un amplio catálogo de mapas históricos europeos georreferenciados. Estos antiguos documentos cartográficos se han adaptado al sistema de coordenadas actual, lo que permite superponerlos sobre mapas modernos. Esto facilita analizar las transformaciones ocurridas a lo largo del tiempo, casi como si se tratara de un juego de "las 7 diferencias" a nivel histórico.
Recientemente, estas valiosas bases de datos han sido actualizadas. Un estudio publicado el 17 de junio de 2024 en el International Journal of Geo-Information describe cómo investigadores de Hungría y Alemania han conseguido sincronizar bases de datos contemporáneas del sur de Alemania con un mapa elaborado en 1797, en plena época de las guerras napoleónicas (1803-1815). Estas guerras, que enfrentaron al Imperio francés con diferentes coaliciones, dejaron una huella profunda en la geografía y la política europea.
Los mapas revelan detalles del pasado y del presente
El origen de las guerras napoleónicas se remonta a la Revolución francesa de 1789, que culminó con la caída de la monarquía y la instauración de la República. En ese periodo turbulento, Napoleón Bonaparte ascendió rápidamente en los ámbitos militar y político. En 1799, lideró un golpe de Estado que le convirtió en Primer Cónsul, consolidándose como el dirigente de Francia. En 1804, fue coronado emperador.
No obstante, las monarquías europeas observaban con preocupación la expansión de esta Francia revolucionaria, que amenazaba el equilibrio de poder. La ejecución de María Antonieta en 1793, hija del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, exacerbó las tensiones. Austria, junto con Prusia, España, Reino Unido, los Países Bajos, Portugal y varios estados italianos, formaron la Primera Coalición (1792-1797) para enfrentarse a una Francia que lidiaba tanto con una guerra civil como con invasiones extranjeras.
A finales del siglo XVIII, el ejército de los Habsburgo tenía como tarea realizar levantamientos topográficos en el sur de Alemania con la mayor celeridad posible, ya que nadie sabía cuándo comenzarían nuevos conflictos. Esta región fue escenario de batallas importantes y con consecuencias de gran magnitud. Las brigadas de cartografía debían limitar sus esfuerzos a áreas sin datos o mapas previos.
Cartografía para iniciados
"La cartografía consistía en redibujar atlas, mapas y esbozos preexistentes usando un sistema común y una leyenda unificada", explican los autores del estudio, Gábor Timár (director del Departamento de Geofísica y Ciencias Espaciales de la Universidad húngara de Loránd Eötvös) y Eszter Kiss (del Servicio Federal Alemán de Cartografía y Geodesia en Fráncfort del Meno), en un comunicado. Uno de estos sistemas de coordenadas unificadas, concluido en 1797, fue hallado en los archivos de guerra del Estado austríaco.
El hallazgo corresponde a un boceto que muestra rectángulos delimitando las secciones futuras del mapa, con referencias para su posterior desarrollo. Lo que más sorprendió a los expertos fue que el texto empleaba el lenguaje cartográfico típico de la familia Cassini, célebre por crear el primer mapa general del Reino de Francia. Surge entonces la pregunta clave: ¿por qué los militares de los Habsburgo utilizaban un método francés si estaban preparando un mapa para futuras guerras contra los franceses en territorio alemán?
Las investigaciones revelaron que el primer levantamiento de la región fue realizado por Jean-Dominique Cassini durante la alianza de la Guerra de los Siete Años (1756-1763), cuando Francia y Austria eran aliadas. Este detalle fue crucial para los científicos, ya que la proyección de Cassini permite reducir al mínimo las discrepancias entre los mapas antiguos y las bases de datos cartográficas modernas durante el proceso de georreferenciación.
Los puntos establecidos por el cartógrafo francés a lo largo del Danubio y el Rin, junto con otros bocetos de finales del siglo XVIII, se utilizaron como "material importado" para compilar los datos, cuyo resultado final está disponible en el portal Arcanum Maps (anteriormente conocido como MAPIRE), con un margen de error de solo unos cientos de metros. Un trabajo fascinante que permite "descubrir multitud de informaciones interesantes sobre los cambios históricos y ambientales", destacan sus autores.