'Le Figaro' activa la alerta por la especie marina peligrosa que invade el Mediterráneo: su región española favorita
Pueden provocar una sensación de ardor agudo al contacto con la piel.
Le Figaro ha activado las alarmas por un peligro que acecha en el Mediterráneo. El medio, con información de AFP, advierte de la presencia de 'gusanos de fuego', unos depredadores voraces que prosperan en las aguas cada vez más cálidas de este mar y que se están comiendo a los peces que habitan la zona.
Esta peligrosa especie marina ya se dejó vez el año pasado en España, haciendo que el Ayuntamiento de Agaete izara la bandera roja en la playa de Las Nieves, al noroeste de la isla de Gran Canaria, tras su aparición en la orilla de la zona costera.
La presencia en el mar Mediterráneo se debe a que el cambio climático calienta las aguas, lo que fomenta su multiplicación. "Con el calentamiento global, las aguas se están calentando, convirtiéndose en un hábitat ideal para estos gusanos, que cada año son más numerosos y están presentes durante todo el año", señala el pescador Alfonso Barone.
Especie carroñera
Son gusanos rojos similares a los ciempiés que se alimentan de todo, desde coral hasta peces atrapados en redes de pesca. Suelen medir entre 15 y 30 cm, aunque pueden alcanzar hasta 50 cm.
Sus pelos blancos con veneno urticante se desprenden al menor contacto y penetran en la piel, dando una sensación de ardor agudo. Para alimentarse, se abalanzan sobre los peces tan pronto como quedan atrapados en las redes. "Se comen la cabeza, todo el cuerpo y lo destripan", explica el pescador.
En definitiva, "es una especie oportunista que se comporta como depredador como carroñero". La situación empeora al desconocer una forma efectiva de matar a estos gusanos, aunque está que cortarlos por la mitad no es una solución.
"No se puede matar un gusano de fuego cortándolo por la mitad, porque tiene excelentes capacidades regenerativas. Si lo cortas por la mitad, no sólo la parte con la cabeza regenera una parte trasera, sino que la parte trasera también consigue regenerar una cabeza en unos 22 días", indica el zoólogo Francesco Tiralongo.