La isla perdida en Canarias que termina en manos de hijos de un alcalde franquista

Montaña Clara, una pequeña isla volcánica situada al norte de Lanzarote, es un enclave de gran valor ecológico y natural. 

El islote forma parte del Parque Natural del Archipiélago Chinijo y de la Reserva Integral de Los Islotes. Con una superficie de 2,7 km² y una altitud máxima de 256 metros, este enclave es un refugio para diversas especies de fauna y flora. Entre sus habitantes más destacados se encuentran el halcón de Eleonor, el águila pescadora, la pardela cenicienta, la musaraña canaria y el paíño pechialbo, cuya principal colonia de cría en el archipiélago se encuentra en precisamente en este islote.

La isla, de origen volcánico, debe su nombre a los tonos claros de su cono volcánico, que cubre gran parte de su superficie. A pesar de su reducido tamaño, Montaña Clara nunca ha estado habitada de forma permanente, lo que ha permitido la mejor conservación de su ecosistema.

El islote forma parte de la Red Natura 2000 como Zona de Especial Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Además, está incluida en la Reserva Marina de Interés Pesquero de la isla de La Graciosa e islotes del Norte de Lanzarote, y es una “zona núcleo” estrictamente protegida de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote.

La legislación española establece que los primeros 100 metros de costa son de dominio público, lo que significa que cualquier persona puede acceder a estas áreas. Sin embargo, la propiedad privada de la isla ha generado tensiones respecto a su gestión y conservación. El Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, actualmente en proceso de redacción, será el encargado de establecer las directrices para la protección y conservación de este espacio natural.

¿A quién pertenece Montaña Clara?

La historia de la propiedad de Montaña Clara es tan interesante como polémica. En 1957, Mariano López Socas, entonces alcalde del municipio de Haría, adquirió la isla. López Socas, nacido en 1900 en Haría, desarrolló su mandato como alcalde durante la dictadura franquista, desde el 31 de marzo de 1949 hasta el 6 de diciembre de 1959, según informaciones de Newtral. Además de su papel político, López Socas fue procurador en Cortes en dos ocasiones y ocupó diversos cargos en el Cabildo Insular y otras instituciones.

Tras su muerte en 1968, la propiedad de del islote pasó a mano de sus herederos. En 2007, la isla fue puesta en subasta con un precio inicial de 9 millones de euros. Aunque se intentó llegar a un acuerdo con el Estado para que asumiera la titularidad de la isla, las negociaciones no prosperaron. Finalmente, el Gobierno anunció su intención de expropiar la isla, aunque se procuraría llegar a un acuerdo amistoso con los propietarios.